46.- CONCIENCIA Y CENTRADO

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Lo primero que debes comprender es qué significa la conciencia. Eres consciente de muchas cosas, por ejemplo de las tiendas, de la gente que pasa a tu lado, del tráfico, de todo. Solo eres inconsciente de una cosa... y esa cosa eres tú. A esta conciencia de uno mismo, Gurdjieff la llama "recordarse a uno mismo". Dice Gurdjieff. "Constantemente, estés donde estés, recuérdate a ti mismo".

Hagas lo que hagas, por dentro debes seguir haciendo una cosa continuamente, ser consciente de que tú lo estás haciendo. Si estás comiendo, sé consciente de ti mismo. Si estás andando, sé consciente de ti mismo. Si estás escuchando, si estás hablando, sé consciente de ti mismo.

Este constante acordarse de uno mismo crea en ti una sutil energía. Empiezas a ser un ser solido. Normalmente, no eres más que una bolsa floja. No hay solidez, no hay verdadero centro... solo algo líquido, solo una floja combinación de muchas cosas sin ningún centro. Una multitud que cambia se mueve constantemente, sin ningún jefe. La conciencia es lo que te convierte en jefe... y cuando digo jefe no me refiero a un controlador. Cuando digo jefe me refiero a una presencia... una presencia continua. Hagas lo que hagas, aunque no hagas nada, una cosa debe estar constantemente en tu conciencia. Que tú eres un ser.

Esta simple sensación de ser uno mismo, de que uno es, crea un centro de quietud, silencio, y de dominio interior. Es una fuerza interior. Cuando digo "una fuerza interior" quiero decir eso al pie de la letra. Por eso los budas hablan del "fuego de la conciencia". Es un fuego. Si empiezas a hacerte consciente, empiezas a sentir en ti una nueva energía, un nuevo fuego, una nueva vida. Gracias a este nuevo poder y energía, muchas cosas que te estaban dominando se disuelven. Ya no tienes que luchar con ellas.

Tienes que luchar con tu ira, con tu codicia, con tu sexo, porque eres débil. En realidad, la codicia, la ira y el sexo no son los problemas, el problema es la debilidad. En cuanto empiezas a ser más fuerte por dentro, con una sensación de presencia interior (cuando sientes que eres energia), tus energías se van concentrando, solidificando en un punto único y nace un yo despierto.

Recuerda, no un ego, sino un yo despierto. El ego es una falsa sensación del yo. Sin tener ningún yo, sigues creyendo que lo tienes... eso es el ego. El ego es un falso yo... no eres un yo, pero aun así crees que eres un yo y para diferenciarlo, lo puede etiquetar como el ego externo, formado por las conductas y creencias humanas.

El ego es un concepto falso de algo que no está ahí. "YO" significa un centro que pueda prometer. Este centro se crea estando continuamente consciente. Sé consciente de que estás haciendo algo... de que estás sentado, de que te vas a dormir, de que te está llegando el sueño, de que estás cayendo. Intenta ser consciente en todo momento, y entonces empezarás a sentir que en tu interior nace un centro. Las cosas han empezado a fluir en una sola dirección, se están centrando. Ahora todo está relacionado con un centro.

A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que una situación nos hace conscientes. Si de pronto se produce una situación muy peligrosa, empezarás a sentir un centro dentro de ti, porque cuando estás en peligro te vuelves consciente. Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar, en ese momento no puedes seguir inconsciente, Toda tu energía está centrada en forma instantánea, y ese momento se vuelve sólido. Estas totalmente despierto y atento, estas centrado.

No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro... este momento concreto se convierte en todo. Entonces no solo eres consciente del peligro, sino que te haces consciente de ti mismo. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.

Por eso los deportes peligrosos tienen su atractivo. Pregúntale a alguien que haya subido a la cima del Gourishankar, del monte Everest. Cuando un alpinista llegó allí por primera vez, debió de sentir de repente un centro. Como también cuando alguien llegó por primera vez a la luna, debió de experimentar una repentina sensación de centro. Por eso el peligro tiene atractivo. Vas conduciendo un auto, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar, los pensamientos cesan. Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. No puedes ver el paisaje, no puedes hablar al del lado, estas totalmente atento y despierto. Entonces el presente se vuelve sólido. En ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces súbitamente consciente de un centro en tu interior. El peligro tiene atractivo únicamente porque en algunas situaciones peligrosas te sientes centrado.

La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora