Cuando estás siempre actuando por medio del pasado. Actúas basándote en la experiencia que has acumulado, actúas basándote en conclusiones a las que llegaste en el pasado... Entonces ¿Cómo puedes ser espontáneo?
El pasado domina nuestro actuar, estamos muy pendiente de él. Por eso ni siquiera puedes ver y enfocarte en el presente. Tu actos cotidianos están tan influenciados por el pasado, el humo del pasado es tan abundante que resulta imposible ver nada. ¡No puedes ver! Estás casi completamente ciego a causa de las conclusiones del pasado.
El hombre con conocimientos es el más ciego del mundo. Como funciona basándose en sus conocimientos, no ve cuál es la situación. Simplemente, sigue funcionando mecánicamente. Ha aprendido algo, ese algo se ha convertido en un mecanismo incorporado. El actúa basándose en ello, Pierde su inteligencia y creatividad.
Hay una historia famosa. Había en Japón dos templos, el uno enemigo del otro; como ha sucedido siempre con los templos en todas las épocas. Los sacerdotes estaban tan enemistados que ya ni se miraban uno a otro. Porque ambos estaban bajo el dominio del ego. Si se encontraban por la calle, desviaban la mirada. Si se encontraban por la calle, dejaban de hablar. Durante siglos, estos dos templos y sus sacerdotes no se habían hablado.
Pero los dos sacerdotes tenían dos chicos que les servían y les hacían los recados. Los dos sacerdotes temían que los dos chicos, al fin y al cabo, pudieran hacerse amigos.
Uno de los sacerdotes le dijo a su chico. Recuerda, el otro templo es nuestro enemigo. No hables nunca con el chico del otro templo. Son gente peligrosa. Evítalos como se evitan las enfermedades. ¡Evítalos como si fueran la peste!
El chico se sintió interesado... porque le aburría escuchar grandes sermones. No los entendía. Se leían extrañas escrituras y él no era capaz ni de entender el lenguaje. No había nadie con quien jugar, ni siquiera había con quién hablar. Cuando le dijeron "No hables con el chico del otro templo", surgió la gran curiosidad y tentación. Así es como surge la tentación. Aquel día no pudo evitar hablar con el otro chico. Cuando se lo encontró en el camino, le preguntó.
¿Adónde vas? El otro chico era un poco filósofo, a base de escuchar alta filosofía, se había vuelto filósofo. Así que respondió.
¿Ir? Nadie va y nadie viene. Es algo que ocurre. Voy donde el viento me lleve. Había oído a su maestro decir muchas veces qué así es como vive un Buda, como una hoja muerta que va donde el viento la lleve, Así que continuó.
Al escuchar las palabras de "Yo no existo". Si no hay quien vaya, ¿cómo vaya ir? ¿De qué tonterías hablas? Soy una hoja muerta. Allá donde el viento me lleve... El otro chico se quedó estupefacto. No pudo ni responder. No se le ocurría qué decir. Se sintió verdaderamente avergonzado y pensó.
"Mi maestro tiene razón al no hablarse con esta gente. Sí que son gente peligrosa. ¿Qué manera de hablar es esa? Le he hecho una pregunta simple, "¿Adónde vas?" De hecho, yo ya sabía adónde iba, porque los dos vamos a comprar verduras en el mercado. Una respuesta simple habría bastado".
Al regresar, le dijo a su maestro. Lo Siento, perdóname. Me lo habías prohibido, pero no te hice caso. De hecho, me sentí tentado a causa de tu prohibición. Es la primera vez que hablo con esa gente tan peligrosa. Le hice una pregunta bien simple, "¿Adónde vas?", y él empezó a decir cosas raras. "No hay donde ir, no hay donde venir. ¿Quién viene? ¿Quién va? Soy un vacío total... una hoja muerta al viento. Iré donde el viento me lleve..."
¡Te lo advertí! -dijo el maestro-. Mañana, espérale en el mismo sitio, y cuando pase, pregúntale otra vez. "¿Adónde vas?", y cuando empiece a decir esas cosas, tú dile simplemente "Es verdad. Eres una hoja muerta, y yo también. Pero cuando el viento no sopla, ¿adónde vas? ¿Adónde puedes ir entonces?" Dile eso y le avergonzarás... tiene que avergonzarse, tiene que quedar derrotado. Hemos estado disputando desde siempre, y esa gente nunca ha podido derrotamos en ningún debate. Mañana, haz lo que te digo.
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La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)
EspiritualCada vez que me levanto en la mañana, tengo una sensación de que nada me hace sentir bien. Cada día que pasa siento algo en mi interior que está encerrada(o) en si misma(o), en un cuerpo que tampoco siento que me pertenece, que no es mío. Cada vez m...