Capítulo 54: Perdón

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Una semana después me estoy incorporando de nuevo a las clases, estos últimos días, aunque estaba en mi casa descansando, han sido un infierno, la ausencia de David, que es como un silencio ensordecedor horrible que me cuesta acostumbrarme todavía y el hecho que hace dos días, el compañero de piso de mi hermano, Darren, me escribió para decirme que el cuerpo que encontraron finalmente, salían los resultados de la autopsia y no coincidían con los de mi hermano, no sabía si seguir llorando o alegrarme, dado que mi hermano, seguía sin dar señales de vida y tampoco sabía si podía estar vivo por ahí o quién sabe que. Es horrible tener esta incertidumbre, día y noche, <ya no aguanto más, mi hermanito pequeño, Jason, ¿dónde estarás? ¿cómo puede ser que todavía sigas sin dar señales de vida?> quisiera salir corriendo y viajar a Los Ángeles para yo misma ir a buscarlo por las calles de la ciudad, pero sé que tampoco lograría gran cosa y lo peor de todo es que el mentirle a mis padres, sobretodo a mi madre me está matando, anoche la escuché llorando en silencio en su habitación porque sigue preocupada por mi hermano, yo la aliento, diciéndole que no se preocupe que seguro está bien, que tal vez se le perdió el teléfono, pero que está bien, a veces sólo lo hago para autoconvencerme yo misma y no pensar en lo peor. 

Voy por los pasillos de la universidad, con miedo de encontrarme en alguna esquina a David, desde aquel día en el hospital que nos vio a Robert y a mi, casi besarnos, dejó de escribirme y llamarme, cosa que ese acto ha hecho que me doliera más su falta, tal vez se dio cuenta que ya no valía la pena lo nuestro o que de verdad no me quería tanto como decía que lo hacía, puede que ya me haya olvidado o peor aún, se dio cuenta que en realidad nunca dejó de sentir algo por la tal Krystál y con quien de verdad quiere estar, es con ella.

Laura me visitó el otro día en mi casa y me contó que Anahis se la pasó muy bien en la fiesta y que le daba mucha rabia, no haberme podido ir a visitar al hospital, ya que finalmente como estaba predicho, dos días después de la fiesta, se mudó a Canadá con sus padres. Me contó que las cosas con James, han ido cada vez a mejor y le demuestra cada día que de verdad quiere estar con ella, y yo me alegro mucho por ella, aunque por dentro tenga un luto tan grande en mi, que apenas me deja respirar y comer de vez en cuando. De quién me ha sorprendido gratamente es de ahora mi nueva amiga Allegra, la chica nueva italiana que invité a la fiesta de Anahis, desde que se enteró de mi accidente, ha ido a visitarme al hospital y a casa y me ha estado hablando todos los días para saber como estaba, aunque ella no conoció mi historia con David, sabe lo que es que te rompan el corazón y me ha estado apoyando lo máximo que ha podido. Laura por otro lado, no ha parado de insistirme que le de la dirección de David, para ir y matarlo por todo lo que hizo, pero yo me he negado miles de veces en dársela, no quiero que haga nada, es mejor dejarlo así, es mejor hacer como si no hubiera pasado, como si no hubiera existido; bastantes problemas ya llevo encima, como para tener uno más. 

Mi querido jefe Josh, me mandó un email ayer, diciendo que me tengo que incorporar cuanto antes al trabajo o tendrá que reemplazarme, esta claro, que para él, el haber tenido un accidente de coche no es suficiente para faltar al trabajo y quiere verme lo antes posible en la oficina, bueno pues si me echa del trabajo que lo haga, estoy muy cansada de pelear a contracorriente con todo el mundo, yo solo quiero encontrar a Jason y olvidarme completamente de este sentimiento tan grande que siento tristemente por David. 

Recorrer estos pasillos, hacen que recuerde y vea a cada esquina las veces que David y yo nos encontrábamos, como cuando me sorprendía y me llevaba a una clase vacía, para besarme y abrazarme, o cuando nos mirábamos en la cafetería a la hora de la comida. De repente miles de sentimientos me abruman, pasando por la tristeza, la rabia hasta pasando por el dolor, y no puedo evitar irme corriendo al baño para que nadie se de cuente de mi drama.

Una vez que llego, me encierro en un cubículo, y después de llorar en silencio por unos minutos, me obligo a calmarme, para no salir con los ojos como un panda y rojos, de tanto llorar, no quiero que nadie lo note y menos que David me llegue a ver que estoy mal, se supone que tengo amnesia y no lo recuerdo para nada. Rápidamente me seco las lágrimas y salgo para dirigirme al lavabo y buscar mi maquillaje para retocarme un poco, entonces en ese momento entra Kristen al baño, al verme se sorprende un poco pero luego recupera fácilmente la compostura y me sonríe amablemente:

No siempre fue AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora