Capítulo 38: ¿Porqué?

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-¡Eelii!- me llama entonces en ese momento David.

Me giro y le veo salir de una de las puertas de la derecha y viene hacia a mí, cierro rápido la puerta en ese momento y me encuentro con él.

-Amor ¿dónde estabas? te estaba buscando- le pregunto preocupada y todavía un poco en shock por la escena que acabo de presenciar.

-Sí, lo sé, he ido afuera a buscarte a la piscina, cuando las chicas me han dicho que me estabas buscando, te he estado buscando por el piso de abajo, pero como no te encontraba y me estaba meando mucho no he podido evitar entrar antes al baño, hasta que he salido y de repente te he visto ahí parada-

Me le quedo mirando unos segundos sin decirle nada y me dice: -¿estás bien? te noto rara-

-Si no te preocupes- le sonrío- es que justo acabo de ver a una pareja dándose el lote- río un poco nerviosa- pero bueno, iba a decirte que si nos vamos ya, estoy cansada- le digo poniendo mi cabeza sobre su pecho y respirando el perfume de éste, que me es tan familiar.

-Claro, yo también quiero irme ya, vámonos- me dice estrechándome en sus brazos.

Bajamos, nos despedimos rápido de los demás que se van a quedar todavía un buen rato y nos vamos de camino al coche. Cuando ya estamos adentro, le pregunto si se lo ha pasado bien y si ya está más animado y me dice que por supuesto, creo que va un poco ya contentillo, pero bueno, creo que puede conducir todavía sin problemas.

Llegamos a mi casa y aparca como siempre unos metro antes de la entrada, para que mis padres no nos vean por si acaso, la verdad que esto de ir escondiéndonos ya me está cansando, como nuestra relación ya es mas seria, voy tener que escoger un día de esta semana que viene y presentarle a mis padres a David, es hora de que lo conozcan y vean lo bueno que es conmigo.

-¿Seguro que estas bien para irte a tu casa ahora conduciendo?- le pregunto preocupada un poco de que se vaya solo ahora.

-Que siii amor ¿cuantas veces me lo has preguntado?-

-Mmm nosé, ¿unas diez veces?-

-¿Y cuántas veces te he respondido lo mismo?-

-¿Diez veces?- le digo con cara inocente.

Suelto el aire frustrada- qué más da, es que me preocupa que te vayas así a estas ahora solo a casa-

-Lo sé, pero solo me he tomado como tres o cuatro cervezas nada mas, estoy bien, enserio- recuesta la cabeza en el reposa-cabezas y se me queda mirando con una sonrisa, pero con la mirada cansada.

-Bueeno, vale, pero en cuanto llegues a casa me mandas un mensaje ¿vale?-

-Sii, ¿algo más Sra. Mills?-vuelve a ser el chico travieso de siempre.

-Mm no creo que no, solo eso, por ahora- sentencio con una sonrisa orgullosa.

Me levanto un poco de mi asiento para poder acercarme y darle un beso de despedida, pero como el coche es bastante grande, me da un idea, así que me siento encima suyo a horcajadas y le cojo la cara con mis manos y le beso, como si lo necesitase, un beso lleno de pasión, pero no alargando por mucho más el momento y me separo.

-¿Porque siempre tienen que ser tan dolorosas las despedidas contigo?-

Me río y le digo: -¿dolorosas?-

-Si, dolorosa para mi corazón porque me encantas y dolorosa para mi entrepierna por el efecto que produces en mi-

Me río con más ganas ante su comentario y niego con la cabeza.

No siempre fue AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora