Cuando llegué a mi casa hace una hora, obviamente no había nadie, ya que mis padres estaban trabajando, asi que, aproveché para estar sola en casa e intentar relajarme, pero el recuerdo de las últimas palabras de David y su mirada, no me dejaban en paz, era un constante de imágenes reproduciéndose en mi cabeza una y otra vez, taladrando a mi pobre corazón sin descanso alguno, en algún momento de tanto llorar me quedé dormida, en el sofá del salón y es ahora como el timbre de casa, sonando repetidamente varias veces, me ha despertado de malas maneras. <¿Quién está timbrando varias veces? ¿porque lo hace? ¿y quién puede ser a estas horas?>.
Me dirijo a abrir la puerta, casi sin preguntar, cuando escucho a alguien de afuera llamándome constantemente, no puede ser quién creo que es, enseguida con más ansias me apresuro a abrir. En cuanto lo veo, mi corazón se para en seco, no puedo creer que esté aquí, él, justamente él, a quién menos esperaba, pero a quién más deseaba ver cuanto antes, esto es una locura, pero no puedo estar mas sorprendida y más feliz en estos momentos de tenerlo en frente de mi.
-¡¡Jaasoooonnn!! ¡Oh por favor, no me puedo creer que estés aquí!-
Su aspecto es mas desaliñado, de lo normal, parece que hubiera venido casi de la guerra, pero no me importa, corro a abrazarlo fuertemente y él a mi, me devuelve el abrazo con la misma intensidad.
-¡Eliii! ¡joder que suerte que hayas estado ahora en casa! no tenía las llaves y no sabía bien, cómo iba a hacer para entrar, sobretodo porque a mamá no le gusta dejar la puerta atrás de la cocina abierta-
Le cojo su cara entre mis manos y me emociono de saber que está vivo y salvo, aquí justo a mi lado, mi hermano pequeño, mi niño.
-Oh no llores, vamos, que ya estoy aquí, tranquila-
Me abraza de nuevo y no puedo evitar descargar toda la angustia que pasé por él.
-Venga, ehaa ehaa- me dice como a los niños pequeños, haciendo mas cómico el momento y dándome palmaditas en la espalda, haciéndome reír finalmente.
-Eres tonto- le digo entre risas y lágrimas todavía rodando por mi cara.
-Venga pasemos a casa ya, que no quiero que los vecinos me pillen con estas fachas y luego se lo anden contando todo a papá y a mamá-
Asiento con la cabeza y pasamos adentro.
Una vez ha ido a darse una buena ducha y ponerse cómodo, nos sentamos en el sofá del salón y le digo que me lo cuente todo con lujo de detalles, estoy tan contenta de ver a mi hermano de nuevo, que lo de David, aunque se siente el pinchazo en el corazón o adentro en el pecho doliendo, ha pasado a un segundo plano y ensombrecido por la alegría tan grande de saber que esta sano y salvo y le tengo aquí a mi lado y gracias a Dios, no le pasó nada malo.
-Pues a ver, es una historia muuuy larga, pero básicamente se resume en que esa gente, quisieron hacerme encargos cada vez mas pesados, yo me negué, ellos me secuestraron -en ese momento me quedo con la boca abierta -y logré escapar de alguna manera, no me preguntes como, porque ni yo mismo lo sé, fue todo muy caótico-
-Pero, a ver, espera, espera, primero ¿cómo que te secuestraron? ¿de verdad? ¿y te hicieron daño Jason? ¿y en que momento llegó tu cartera al mar?-
-Oh si, ¡la cartera! ¿dime que la tienes hermanita?-
-Oh claro, espera que la policía de Los Ángeles, me la enviaron por Correo Express, ¡Jason porfavor!-
Me mira un poco con cara de pena y dice esto más para él que para mi: -la voy a echar de menos, le tenía mucho cariño a esa cartera-
-Bueno ¿yyyyy?- le pregunto insistente.
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No siempre fue Amor
JugendliteraturElizabeth era una chica un poco tímida pero también atrevida algunas veces, intentaba ser siempre sincera con todo aquel que la rodeaba, se podía decir que muchas veces era alocada y se hacía la fuerte, pero a la vez, le daba miedo muchas cosas, sob...