No siempre fue Amor

Capítulo 31: La Fiesta (parte 1)

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Dos semanas más tarde...

Es increíble como pasa el tiempo de rápido, estamos ya a viernes y ni me he enterado, estoy aquí en mi primera clase de la mañana, mirando por la ventana, mientras espero a que llegue la profesora, ya que mi compañera hoy no ha venido, me puso un mensaje anoche diciendo que estaba enferma, así que aquí estoy mirando hacia afuera al campus, pensando en el fin de semana pasado que estuve con David en esa casa tan increíble y ya estamos aquí de nuevo en la rutina, después de que llegáramos a casa,  por la noche me envió un mensaje diciendo que su padre estaba mejorando poco a poco, pero que debido al tiempo que ha estado en el hospital, todavía tiene que hacerle frente a algunas cosas de los negocios y que no sabía si al día siguiente podría ir a la uni; durante las semanas siguientes poco nos hemos podido ver, solo en cortos periodos de tiempo hemos podido estar juntos, como en los pasillos cuando nos encontramos de casualidad, en la biblioteca, que se ha convertido en nuestro sitio favorito y al final del día, en el aparcamiento, cuando terminan las clases...

-Buenos días- dice la profesora entrando a clase, sacándome de mis pensamientos.

Todos los presentes nos acomodamos en nuestras sillas y se van callando, para escuchar a la profesora, esta se pone delante de la pizarra y empieza a escribir en ella mientras habla:

-Muy bien, hoy vamos a hablar de las leyes del marketing-

Enseguida se empiezan a escuchar quejas y abucheos por todos, ya que es normal, a nadie le divierte dar un tema como este, es bastante, como decirlo...que da asquete el tema vamos, es de lo más aburrido que puede a ver, el problema es que no nos queda otra opción.

-Ya, ya sé que os encanta este tema, por eso he decidido dároslo en presentación de power point para que se mas ameno- dice la profesora.

-Señorita Spark si quiere hacerlo más ameno, déjenos la hora libre- grita uno de al fondo, a lo que todos nos reímos.

-Si, eso hora libre, ¡uuhh!- grita otro.

-No, no lo siento, pero no puedo hacer eso, así que dejad de hacer el tonto y vamos a empezar la clase que ya está tarde- dice la profesora con una sonrisa y empezando a explicar.

Al fin del cabo, no ha sido tan mala idea lo de la presentación, lo malo es que aun así, cuando he echado un vistazo hacia los demás, más de uno estaba durmiendo sobre la mesa. Después las siguientes clases han sido normales como siempre, pero ahora me toca la clase de francés y encima Riley y yo tenemos que presentar nuestro trabajo, quiero llegar pronto a clase y ver lo que tengo que decir, para que no se me olvide, suerte que el profesor nos dejó al final otra semana más para terminar los trabajos y hacer las presentaciones; al cabo de unos minutos de haber llegado entra Riley y se dirige directamente a mí:

-Hola ¿estás lista?- me dice, mientras se sienta a mi lado.

-Hola, si, pero estoy un poco nerviosa- le confieso.

-No te preocupes lo harás bien- me dice y coloca su mano encima de la mía, pero ese gesto me recuerda a otro que viví el otro día con él, cuando estuvimos haciendo el trabajo en su casa.

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Toco el timbre y espero a que me abran la puerta, estoy un poco nerviosa y no sé porque, pero antes de seguir rayándome, una mujer rubia muy guapa me abre la puerta:

-Hola ¿tu debes de ser Elizabeth no?- me dice con una cálida sonrisa.

-Buenas...eh si-le digo un poco tímida.