Conciencia Nocturna - Quinto Capítulo

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            ( Harryson, la dulce mucama )

Pasaron muchos años después de esa tragedia; varios acontecimientos me llevaron progresivamente a convertirme en una de las víctimas de La Gran Guerra. Este hotel es uno de los lugares más extraños que he visto, o más bien, el único que llegué a conocer en vida. Es fascinante y curioso a la vez, especialmente para mí, una de las sirvientas de este famoso hotel que trabaja día y noche para seguir estando aquí. Mi único propósito, de hecho, es mantenerme en este lugar. La señorita Moon ha sido una guerrera como lo pintan esas historias y el montón de estatuas que hay por aquí, ¡se ve que es muy poderosa y gentil!. Es precisamente por eso que hoy día le sirvo.

El hotel tiene una gran historia detrás, y mi curiosidad me impulsa a querer conocer cada chisme que ronda por estas paredes.

Claro, me he limitado a escuchar conversaciones por los pasillos de clientes o nuevos residentes de la zona mientras paso. Jamás he tenido más que esa manía: estar al día con las opiniones y noticias sin necesidad de tocar un periódico local.La campana de anuncios sonó; era hora de trabajar, a plena mañana, más específicamente a las 6 am.

Es mi turno, aunque de hecho, ya estaba lista desde las 4 de la mañana más o menos. Ya lista para salir, abrí la puerta de mi habitación y me encontré con una lista de tareas reposando sobre la repisa unida a mi puerta junto a algunos bolígrafos. Lavar las sábanas de los clientes anteriores, recibir a los repartidores que traen nuevos muebles para la sala de estar y dejarlos en la bóveda, llamar a uno de nuestros patrocinadores y arreglar una cita de trabajo para La Reina y el administrador el miércoles...Eran cuatro páginas llenas de labores por hacer.

Gajes del oficio, supongo. Después de todo, mi trabajo es esencial para el hotel, así que este tipo de tareas son relativamente ligeras comparadas con otros días. Ha estado bastante tranquilo, incluso más de lo que esperaba. Ahora que lo pienso, han contratado a más personas para ayudar con la remodelación del hotel y la construcción del nuevo taller. Mis expectativas van más adelante sobre el progreso y el trabajo por hacer para cumplir los deseos de la Reina Moon, y los sigo al pie de la letra. Ese es nuestro deber como sirvientes y pobladores de un reino tan prestigioso como este, así que obedecemos cada orden de nuestros dueños por más difícil que sea, sin importar el tiempo o qué tan quisquilloso sea su pedido. Hay que hacerlo sin chistar.Bien, dejemos de hablar sobre esos deberes domésticos cuestionables y centrémonos en trabajar.

Pasaron horas y horas para finalmente terminar esa lista casi por completo. Las agujas del reloj indicaban las 6:30; es muy poco tiempo, de hecho. Fui incluso más rápida que en días anteriores haciendo tareas pesadas. Creo que esta vez he superado mi récord de tareas, aunque hay una última cosa por hacer. "Llevar 4 botes de pintura verde esmeralda a la habitación 12, segundo piso". Subir escaleras, dejar los botes sobre las sillas de descanso del segundo piso, pasando una a una con mis propias manos y una gran fuerza de voluntad. He terminado mi deber, o más bien eso creí.Escuché murmullos en la habitación 14; las luces encendidas y la puerta entreabierta llamaron mi atención.

Toqué la puerta para poder pasar y saber de dónde provenían los murmullos. En cuanto lo hice, estos desaparecieron, lo cual me hizo apartarme un poco de la puerta. El olor de pintura fresca rozaba mi nariz con una leve caricia, esa sensación me mantuvo distraída por unos segundos sin percatarme de que la puerta se abrió por completo. Una silueta enorme me sacó de ese trance.

—¿Señorita Harryson? ¿Qué hace usted aquí? Es demasiado tarde, ¿lo sabía?—A pocos centímetros de mi rostro se acercó Wade frente a mí para luego recostar su espalda sobre la puerta. Su presencia es  contagiosamente positiva.

"Ten piedad, hija mía". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora