El Último Rastro De Humanidad - Cuarta parte

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( Todo lo que extrañas ya no existe )

—No quiero matar a más gente...— Dijo murmurando por lo bajo,el miedo era lo que le consumía en ese momento.

—Hay que hacerlo si quieres que esto termine— Afirmó la otra voz proveniente de la misma boca pero diferente receptor.

—Que dramática— Le sonrió ampliamente al ver como la criatura peluda agachaba la mirada— Morcrio. Ya no hay nadie a quien salvar. ¿Sabes quien sigue,verdad?.

—No...Porfavor— La voz de una doncella temerosa era inaudible para cualquier criatura común. Sólo era audible para Bella— No debe pasar esto.

—Quiero que puedas ver como sangra al esperarte. ¿Acaso no te gusta?— Hizo presión sobre la criatura pequeña— ¿O es que ya no te agrado?.

—Porfavor,Livia— Su voz sonó tan similar a la de su enemiga. Repulsivo de solo oírlo.

—¡¿Livia?! ¡Yo soy tu madre bola de pelos insolente!— Le sacudió con fuerza hasta hacer que las ratas que habitaban dentro del cuernudo desalojaran el lugar.

—No. Mi madre es Moon...¡Ella va a salvarme!— Grito con todas sus fuerzas hasta hacer que la cabeza le doliera.

—Es por eso que no te doy voz...¡Sal de mi cabeza!, ahora— Agarro a la criatura y la arrastro en el suelo, sujetaba sus cabellos con fuerza.

—¡No!— Reclamó Morcrio, el pequeño cuerpo que ahora Amaris tenía, por el lado de Bella...Ella uso la agresividad para reducir a la menor— ¡No más muerte! ¡Ya no más! ¡No lo merece!.

— Basta. Lo único que escucho es tu voz en mi cabeza quejándose ¡Basta! Déjame entrar...— Sentía como el aire se reducía por momentos y le costaba respirar y como la adrenalina se le disparaba al sentir como todas esas sensaciones fluctuaban por su cuerpo.

—No quiero. No esta bien— La criatura era completamente inofensiva e indefensa a comparación del cuerpo de la que aparentaba ser humana.

—Supongo que es tiempo de decirlo— Una sonrisa se dibujo en sus labios al ver como el mareo se desvanecía y la vista se le aclaraba nuevamente,el pequeño monstruo había detenido sus ataques.

—¿Qué vas a decir?— Pregunto arrinconandose a si misma  al ver como la otra amenazaba tan solo con su mirada.

—Déjame destronarla por ti. ¿De acuerdo,hija?— La más baja temblaba por la intimidación— ¿Sabes porque te has convertido en la criatura que eres? Porque tu no eres...

Sus palabras fueron interrumpidas al escuchar una serie de aplausos detrás de si. Provenientes de aquel muchacho de cabellos oscuros y de tes blanca. La de cabellos cafés se detuvo y giro la vista para divisar a aquel demonio que se mantendría distante de ambas.

—¿Podrías detenerte. Livia?— Su expresión era distinta,era una de disgusto. Al ver al alma de la joven princesa estremecida en un rincón supo rápidamente de que iba el tema.

—¿Y tu quien eres?— Pregunto llena de ira para luego acercarse a él a pasos largos y furicos—

—Amaris no merece que le hagas esto. No condenes su alma por tus errores— Delegó.

—¡Se llama Bella! ¡Bella Antlers! — Reclamó a gritos.

—No. Bella. Es quien has creado tú— Señaló el pecho de la más baja de estatura— Porque a la Amy a la que conozco no se atrevería a tocarle ni un pelo a un inocente.

Antes de que Bella pudiera agregar algo más, camino rápidamente en dirección a Morcrio.

—¿Que te ha hecho?— Le miro con ojos de piedad. La primera vez que alguien le tenía pena.

—¿De que demonios estás hablando? ¡Esa es la Amaris que tu conociste! Esa criatura que ves allí...Se llama Morcrio. Es mi mascota ahora— El de ojos color rubí se quedó impresionado al ver como la sombra de ojos perlados le miraba aterrada.

—Tú...¡¿Fuiste capaz de convertir a tu hija en un monstruo?!— Era la primera vez que alzaba la voz de manera tal que hasta la portadora del cuerpo de carne retrocediera unos pasos.

—Vamos...La caza es la diversión. Esa cosa que ves ahí. Es solo su verdadero y horrendo ser— No mostraba ni una pizca de arrepentimiento,cosa que enfureció al demonio— Condenado has de estar para quedarte aquí. ¿Verdad? Sentir cosas humanas solo te hacen débil. Es por eso que mejore este ser.

—¿Diversión? La usas como si fuera un arma de guerra. Tú, tu eres Bella Antlers. La verdadera aberración de este pueblo,el engendro que está dispuesto a acabarlo todo.

—Cállate...Cállate...Nadie quiere oírte, Cállate— Dijo la otra entre dientes su ira retenida buscaba un punto de escape— Esa criatura que ves ahí solo es el receptaculo de lo poco que queda de la inútil de Amaris.

— Sigue siendo una niña.

Se acercó para abrazar a la criatura,sus manos atravesaron su silueta. Wade quedó atónito.

—Jajajaja...¿No lo ves? Ella esta muerta— Ambos se miraron al tiempo,el con una expresión de soslayo y ella con una sonrisa de complacencia— ¿Pensabas que hablaba metafóricamente? Todo el dolor y sufrimiento suyo... Me hace fuerte... Me hace crecer.

La habitación gris estuvo en pausa por unos minutos a excepción del silbido de los labios de Bella. Era como el silbido de algún tipo de espectro o algo parecido pues el eco ayudaba más a dar esa experiencia lúgubre e intimidante. El más alto solo comenzó a invadirle el odio...La adrenalina comenzó  a subir conforme los minutos pasaban y esos ojos rubí tomaban el color con más fuerza,incluso ya era incapaz de sonreír. Lo cual era mala señal. Se abalanzó sobre la muchacha y comenzó a ahorcarle con fuerza haciendo que esta colapsara hasta que su espalda chocará contra la pared. Por contrario a él,ella mantendría esa sonrisa burlona que tanto le desquiciaba.

—¿Cómo llegamos a este...Punto?— Pregunto entre jadeos forzados debido a la asfixia,su mandíbula estaba muy ajustada por tanto era poco legible lo que decía—

—La mataste. Mereces morir de la forma más despiadada posible, farsante— Apretó el agarre con más fuerza,en respuesta ella enterró sus uñas lo más que pudo en la muñeca de Wade— Ella es mi hija... Porfavor... La quiero devuelta.

—Quieres un alma podrida...¿Verdad? Yo...Yo puedo conseguir una...Esta en mis manos...— Esta vez hablando metafóricamente le miró con una sonrisa más leve para hacer que este le soltará— Hablas como si ella fuera tu hija de sangre... ¿Acaso no tienes vergüenza?.

—No voy a negociar contigo...— Dijo murmurando con rabia hasta escuchar una carcajada proveniente de la chica— ¿De qué te ríes?—

—¿No lo ves? Tu y yo vamos a por el mismo objetivo— Alzó la mirada para verle,se mostraba determinada— Yo asesinaré a la Reina Moon— Concluyó.

—¿Qué?— Decidió retroceder,¿era verdad lo que estaba oyendo?.

—Mira lo que ha hecho. Tu sabias que iba a pasar. No te hagas el tonto— Sonrió— Las predicciones de ese Arlequín no fueron del todo imprecisas, tu ya sabes que sucederá y tratas de evitarlo. Aun sabiendo que toda la esperanza se fue por el caño.

—Yo... — Wade, con sus ojos humedecidos, deja de forzar— Entonces... La muerte de Harryson y Daliah...

— No valió la pena— Respondió la de orejas de siervo, con una sonrísa y una expresión aliviada al ser liberada del agarre— Tampoco las muertes del montón de almas que habitan aquí si sigues pensando de esta forma— Señaló su pecho mientras observaba a Wade. ¿Cuantas personas y criaturas hay dentro de ese cuerpo tan pequeño?— No me hagas dudar de tu intelecto, decide.

Wade bajo la cabeza, humillado. Mordiendo su labio inferior con rabia e impotencia, hasta que sintió el suave contado de la tela de la mano enguantada de la más baja haciendo que su contrario alzara la mirada, su expresión era como ver a un niño pequeño llorando por la pérdida de su más querido cachorro, sus ojos rubí observaron los azules de la chica, una lagrima se resbalaba por la mejilla del más alto. Algo, en lo muy profundo de su interior, de su alma, de su espíritu, decidió dejar de luchar.

— ¿Porque le lloras a un cadáver, Wade?.

"Ten piedad, hija mía". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora