¿Cuál es el método de penitencia más doloroso y agobiante para un humano? ¿Acaso es el rechazo? ¿La envidia? ¿La ira?. No,es algo más denigrante.
Todo tiene un principio y un final, la ascendencia a la gloria y la decadencia a la locura,ahora,es tiempo de observar dicho proceso.
Negación.
—No,no,no. ¡Tú no puedes ser mi madre!
—Créelo. Mi lengua no miente.
—¡Este no es mi cuerpo!.
Cuando notó que su cuerpo se quemaba,esbozó una sonrisa al ver a su contraria aterrada.
—Es el mío ahora.
Ira
—¡Estás loca! Mira mi cuerpo, ¡¿puedes ver como sangra?!— Exclamó con un grito desgarrado mientras arrancaba los callos de la piel muerta de su rostro.
—Puedo verlo perfectamente, ¡oh, Amaris!. ¡No me digas que te sientes impotente!— Declaró la contraria mientras lanzaba más leña al fuego. Sus ojos ardían con aprobación ante tal atrocidad.
—¡Arde! ¡Joder, arde tanto!— Replicó con cólera entre lágrimas embellecidas entre la carne ardiente que brillaba con fervor.
—Eso es...Deja que todo mi amor por ti brille, deja que las llamas te consuman— Exclamó impostada durante tal acto.
Negociación
—Ya no más porfavor,duele tanto— Suplicó con voz atona arrastrándose por el suelo de forma tan miserable que a la otra le complacía.
—Ah,ya veo. ¿No soportas ser hostigada con algo tan simple como el fuego?— Anunció viéndole con indiferencia— O es que tengo que hacerte cooperar de otras maneras— Cuestionó sosteniendo un lazo.
—¿Eso es...ortiga?— Preguntó con horror— ¡No,porfavor! Seré buena,lo prometo— Esbozó con voz trémula—...Seré buena,mamá.
—Oh—Sonrió expectante a sus reacciones— ...Un cambio de actitud.
Depresión
—No. No lo sé, esto no debería suceder— Amy se secó las lágrimas con el dorso de la mano y una expresión de lamento— Necesito ayuda.
— ¿Ayuda?,no la necesitas.
—¿No?.
—No. Ahora no hay quien acuda a tus súplicas. —A su vista, esa niña ya era insignificante para ella— ¿Estás consciente de ello?.
—¿Nadie?—Cuestionó,recibió la misma respuesta a su pregunta—...Oh.
—Nadie te amará como yo te amo,hija. Nadie más—Extendió sus brazos con un tono de voz gélido hasta rodearla con ellos.
Aceptación
—Si nadie va a amarme...Entonces...Voy a ceder— Susurrante, tomó la mano de la otra.
—Eso es. Que buena niña,ahora,cierra los ojos— Aludió.
—Si, mamá.
Una vez sus ojos se cerraron, no hubo marcha atrás. Su única esperanza había sido consumida como las llamas del fuego que alguna vez bautizaron su cuerpo.
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"Ten piedad, hija mía".
De Todo"Los secretos familiares no pueden ser ocultos por siempre".