XXXII. No hablo heteroñol

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Tenía migraña.

El zumbido en su cabeza aumentó cuando las voces de Mu Qing y Feng Xin se agudizaron.

Wey, ya.

llevo media hora escuchando sus quejas.

—Y si quiero yo te pateo donde no te da el puto sol

—Quiero que lo intentes bastardo

Pei Ming se secó el sudor, todo había empezado con una disputa sobre sus papeles, al parecer Feng Xin odiaba la personalidad del general Xuan Zhen, el personaje que debía interpretar.

Mu Qing salió en defensa del personaje diciendo que Feng Xin no había leído el guión completo, luego argumentó que el general Nan Yang era peor y no por eso él se andaba quejando.

Antes de que se agarraran a golpes, Yushi Huang los mando con Pei Ming a resolver el asunto.

Chica lista.

—¡besense o callense! ¡No tengo tiempo para esto!—les dio a ambos un golpe en la nuca con el libreto, los chicos lo miraron con odio mal disimulado, pero Pei Ming estaba más que acostumbrado— shu, shu, tengo cosas más importantes que hacer —los corrió.

Ambos idiotas mascullaron algo y se alejaron de ahí.

Pei Ming suspiró, a su alrededor varias personas estaban trabajando en la escenografía de la obra, miró detenidamente a su hermano. Pei Su tenía una lata de pintura en su mano y veía con insatisfacción hacia el mantel que, por lo que parecía, era una parte de la capital celestial.

Esa escoria traidora, rata de dos patas, no me dijo que conocía a Hua Cheng del club de arte.

Su hermanito pareció sentir su mirada porque giró el rostro, descubriendolo.

—¿Te gusta? —ladeó el rostro, pidiendo la opiniòn de Pei Ming, pero este, aun dolido lo ignoró.

—No hablo hetero, menos idioma traidor —se quejó, Pei Su frunció las cejas.

—Eras hetero apenas unas semanas atrás —acusó.

—Todos tenemos un pasado —le sacó la lengua y en venganza le dijo— te falta un poco arriba —Pei Su alzó la mirada pero encontró nada.

—¿Dón...? —Cuando volvió a bajar la firma de Pei Ming en pintura negra ya estaba sobre la mitad del palacio.

—¡PEI MING!

El hermano mayor huyó de la escena riendo, hasta que se detuvo en la siguiente habitación a ser interrumpido.

—Pei Ming, ¿dónde dejo esto? —el amigo de Liu Qingge, Shen Yuan, se acercó mostrando una caja, esta mostraba utensilios entre ellos una máscara blanca a medio hacer, Pei Ming señaló a una dirección aleatoria y vio desaparecer al chico.

Ver la máscara le recordó que no tenían Bai Wuxiang aún.

—¿Ahora que hago con esta obra a medio hacer? —se lamentó dramáticamente.

Algunos voltearon a verlo y desviaron con rapidez la mirada, ya llevaban un par de días trabajando en la obra y la personalidad de Pei Ming se había vuelto de temer, horas antes había sacado a una chica a la fuerza del teatro por decir que debían hacer la obra con protagonistas heterosexuales.

Pei Ming era un hombre de temer.

Pero daba más miedo la presencia silenciosa de Shi Wudu detrás de él.

Así que todos evitaban deliberadamente a la parejita.

Excepto por Shen Yuan, que se había vuelto algo así como el secretario personal de Pei Ming.

Sorry, I'm Hualianromantic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora