||TREINTA Y SEIS||

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|36|Dolor

Soltó un gran bostezo, estirando con pereza sus brazos mientras recorría los enormes pasillos de Casita adornados de muebles antiguos y retratos de la familia. Era de madrugada de mediados de mayo, la casa estaba en silencio, era el primero de su familia en despertarse; aunque realmente nunca durmió. Ya se cumplía cuatro semanas desde lo ocurrido y cada vez mas todo se iba a la mierda. Cuando la noticia del engaño de Teresa, el enamoramiento de Luca y el rechazo que dio Alberto a su mejor amigo, las cosas empeoraron. Y obviamente lo que a él en verdad le afecto: el rompimiento de su relación con Mirabel.

Cuatro semanas; llenas de caos en su trabajo y vida social. Teresa no hablaba con nadie solo salía a trabajar y no cruzaba palabras con ninguno de ellos, se veía más pálida y acabada con ojeras que solo emporaban su apariencia. Ya no sonreía como siempre, se mantenía apática. Supo que intento hablar y disculparse con Luca, pero este ni siquiera le abrió la puerta de su habitación. Él fue el más afectado de todo el escándalo. El acoso era insoportable rodeado de gente falsa que quería sus cinco minutos de fama o reporteros en asecho buscando la oportunidad perfecta de capturar una imagen de Paguro para venderla a los medios europeos que estaban al tanto de él. Luca no era cualquier celebridad, era considerado el niño de oro, saber de su paradero fue algo que conmociono a todos los medios italianos. Ahora ya no se atreve a salir de la habitación que le ofreció Miguel y su familia, sabían que en la privada donde vivían estaría más a salvo. En cuanto Alberto, él estaba harto del acoso que sufría ante el título de "Galán" querían saber del hombre que "enamoro" a dos de las figuras más importantes del entretenimiento, no estaba interesado en ser famoso solo quería a su mejor amigo devuelta, pero Luca simplemente lo ignoraba.

Suspiro, le encantaría decir que él se libró de todo, pero no. Los medios querían más de él, las mujeres quedaron enternecidas por su forma que consoló a Teresa ante el engaño, porque su conversación privada salió a la luz y quedo como el "bueno" y devastado hombre a quien engañaron. Estaba cansado de ser acosado cada vez que iba al teatro, filas de reporteros que querían interrogarlo al igual que Alberto.

Después de todo lo ocurrido, Héctor y Bruno despidieron a una gran cantidad de gente, no podían arriesgarse a que vuelvan a difundir conversaciones privadas de sus actores. Entre esa gran ola de gente, Mirabel renuncio. Él intento impedirlo, intento hablar con ella pero Mirabel seguía dolida por su ruptura que simplemente se fue sin mirarlo. Él no se quedó quieto y le dio el número de ella a Héctor para que la tuviera en cuenta; el mexicano acepto contento sabía que podía echar a la basura a una costurera tan talentosa como Madrigal.

Relajado y tranquilo por primera vez después de mucho, se adentró a la enorme cocina de la casa. El olor del desayuno era exquisito y el sonido que hacían las mujeres mayores que trabajaban en su familia eran encantadoras; la mayoría entrando o ya perteneciendo a la tercera edad.

–Buenos días –saludo con educación y encanto.

Él sonrió divertido al ver como todas se callaban al verlo adentrarse al lugar, le sonrieron con amabilidad y dulzura ofreciéndole un lugar en uno de los bancos de la isla. Les correspondió la sonrisa y se sentó en medio de ellas, su trato con las empleadas mejoro. Casi todas lo vieron crecer y le tenían respeto y cariño. El aroma de las empanadas y el café era delicioso.

Su sonrisa se agrando cuando la mujer más anciana del lugar, casi llegando a los noventa y dos años de edad, se acercó a él a paso lento con una taza de café cargado y unas galletas de mantequilla hechas a mano. Camilo se lo agradeció casi a un grito ante los problemas de sordera de la mujer, ella rio y con sus esqueléticas al igual que arrugadas manos beso las mejillas de él con mucho cariño. Doña Mercedes nunca se jubiló por el gran cariño que le tenía a la familia, incluso ella trabajo a una corta edad para su abuela y prefería morir sirviéndole a la familia que sola en su casa. Alma la protegía demasiado ya que fue su niñera y amiga cuando era niña, si ella quería descansar no tenía que ni preguntar.

Deja que se callen...||CamimiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora