||CINCUENTA Y SIETE||

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|57|Ojos vacíos

El escandaloso ruido del golpe contra la mesa de la cafetería llamo la atención de los pocos clientes que había. Camilo rápidamente sostuvo con ambas manos su taza de porcelana para evitar que su café se derramara mientras que Alberto solo se hizo a un lado para beber tranquilo su frappuccino antes del que el idiota mexicano se le ocurriera otro movimiento brusco. El colombiano miro extrañado la hoja que dejo el mayor.

–¿Qué es esto? –interrogo mirándolo con la ceja arqueada.

Miguel sonrió en grande mostrando con encanto su dentadura y tomo asiento en frente de ellos. Alberto tomo con desinterés el anuncio antes que el menor lo viera.

–Comenzare a dar clases los jueves, no cobro mucho –dijo con orgullo.

–¿Clases? ¿De qué?

–Esto es una idiotez –exclamo Alberto pasándole la hoja a su compañero–. Creo que llegaste unos meses tarde.

Confundido Camilo tomo el anuncio, sorprendiéndose ante el llamativo título de clases de sexualidad. Asqueado miro a su amigo quien al ver su expresión, le arrebato la hoja de sus manos.

–Oh, perdón esto es para Luca –comentó sin vergüenza alguna–, ya saben es el único que tiene una vida de fiesta por delante, no tiene clases de futbol a que ir cuando no quiere o lo levantan a golpizas unos piecitos que tuvieron pesadillas en media noche o que le roban a su pareja porque lo quieren más a él a uno –exclamo con pesar, amaba con toda su alma a sus hijos pero tenían unas energías que lo volvían cada vez más viejo.

Doblo la hoja y saco la verdadera que era para clases de paternidad. Camilo la tomo sin pensarlo, Miguel tenía mucha experiencia y había demostrado un dominio en el área cuando fueron a las clases de maternidad para Teresa. Por otro lado Alberto parecía disgustado al escuchar lo primero.

–¿Cómo que clases de sexualidad para Luca? –inquirió a la defensiva Alberto.

El actor menor se quedó callado bebiendo de su café y prestando por completa atención al chisme que se formaba con los mayores. Miguel chasqueo la lengua e hizo un ademan con la mano sin tomarle mucho importancia.

–Bueno, me dijo que el lleva meses saliendo con Mateo...

–Matías –corrigió Camilo.

–Sí, sí, ese güey, llevan meses saliendo y no han tenido sexo.

–¿Y los vas ayudar? –exclamo irritado.

–Bueno, Luca es principiante en una relación gay y es mi amigo, obvio que lo ayudare –respondió con tranquilidad mientras se levantaba de su asiento al ver de reojo como una de las empleadas sacaba de la cocina un delicioso postre que llevaba su nombre–. Además el me pidió ayuda –habló en alto sin voltear a verlos.

Alberto gruño y miro a Camilo quien sonreía con burla y moviendo sus cejas, insinuando sus obvios cejos. Él respiro hondo y volteo a verlo de manera seria.

–Necesito que vayas conmigo a las clases de sexualidad –dijo firme.

–Estás loco –exclamó–, no pienso ir a unas clases para que me enseñen lo que ya sé.

–Entonces, ¿Por qué Mirabel quedo embarazada, Don experto? –pregunto con burla.

Touche.

–Solo te pido que no dejemos solos a Luca con Miguel...sabes como es.

–Aunque quisiera, no puedo, esta noche es la cena familiar y lo más seguro que uno de nosotros no va salir vivo de allí. Y es entre Mariano y yo. Apenas me libre de mis cuñadas la noche que me entere del embarazo –explico para después darle un sorbo a su café–. Además, no le veo ningún sentido interrumpir las dudas de Luca, él ya es un adulto, lo que tú no quieres es que tenga sexo con su novio. Solo admite que estas celoso de Matías; te recuerdo que tú lo rechazaste y embarazaste a su amiga.

Deja que se callen...||CamimiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora