||DIECINUEVE||

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|19|Fantasias

Ambos se sonreían con cierta pena, pero aun así se sonreían de manera cariñosa. Mirando los ojos del contrario bajo la luz anaranjada del poste de la calle que se escabullía por la ventana de la habitación de la joven. Recostados en la cama individual a poco centímetros del otro; solo hablaban con toda la paz a su alrededor, sacando temas de su vida y trabajos hasta llegar a conversaciones íntimas. No era incomodo ni vergonzoso, podían expresar sus deseos fantasiosos con el otro sin ser juzgados, como:

–¿Y cuál es tu fantasía? –pregunto Camilo en un susurro, sin importar que eran los únicos en lugar.

–Es algo tonto, te burlaras –confeso ella desviando la mirada sonrojada.

–Nada viniendo de ti me parece tonto. Tú has cumplido una que otra de mis fantasías cuando éramos adolecentes, quiero complacerte también –murmuro con una sonrisa para después acariciar su mejilla con delicadeza–. ¿Hay un sucio deseo que quieras que cumpla por ti?

Mirabel suspiro cerrando unos momentos su mirada, había un deseo que le encantaría cumplir, pero para ella era tonto cierto punto ñoño.

–Hay algo que si me gustaría –confeso abriendo su mirada lentamente.

–Dímela.

Ella tomo aire y lo miro por un momento.

–Suena tonto, pero desde que era joven siempre quise bailar y poco a poco desnudarme para hacerlo contra la pared o en el suelo. Algo lento y apasionado –alzo sus hombros, tratando de ver el rostro de su novio.

–¿Y porque no lo hacemos? La casa esta vacía, yo tengo ganas y quiero complacerte.

Negó con una sonrisa avergonzada. Camilo podía ser muy directo cuando hablan de relaciones.

–Aun no me siento lista para hacerlo de nuevo contigo.

Él desvió la mirada, mordiéndose el labio inferior respetaba las decisiones de su novia, nunca la obligaría quería que ella disfrutara hacerlo al igual que él. Sentía mucho rechazo al punto que podía que Mirabel no sienta atracción sexual por él. Algo tonto, pero estaba la posibilidad, ella se había acostado con otros hombres después de su rompimiento, paso lo mismo que él. Ambos tenían experiencia como para no poner la excusa del miedo o la falta de experiencia.

Camilo iba a levantarse de la cama, si seguía a su lado no aguantaría mas para hacerla suya como tantas veces lo ha fantaseado. No quería hacerle daño ni obligarla.

–Creo que lo mejor es que me vaya –le dijo en un tono suave besando su frente antes de sentarse la cama y ponerse su zapatos devuelta.

Mirabel se levantó rápido creyendo que él se enfadó porque no quería hacerlo, cuando realmente quería pero le aterraba no ser suficiente para él. Lo tomo del hombro y con un tono triste lo llamo en un murmullo:

–Camilo...

–Oye, no hay problemas, no estoy enojado. Solo...–alzo sus hombros y exhalo cansado– Mirabel, ¿Ya no te atraigo sexualmente?

–¿Qué? –expreso sorprendida, no sabía que decir la pregunta la tomó por sorpresa y su silencio no ayudaba en nada.

Camilo volvió a suspirar, peinando su cabellera hacia atrás antes de mirarla decaído.

–Cada vez que te beso apasionadamente tú te separas ante que vayamos a más o cuando te acarició tu piel pareciera que quieres, pero me detienes poco después. Me siento rechazado, cuando antes...no se tu disfrutabas mis caricias y querías ir mas allá conmigo cuando podíamos. No puedo decir que es la falta de experiencia o el miedo de la primera vez porque ya lo hemos hecho demasiadas veces. Respeto tus decisiones, pero...no se...esto es estúpido, mejor olvídalo –comento frustrado levantándose de la cama, pero antes de que se fuera Mirabel lo detuvo tomándolo de la mano.

Deja que se callen...||CamimiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora