ESTEBAN - Capítulo 4

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Realmente estaba preocupado porque mi papá llegara antes que yo, no quería que se diera cuenta que había salido. Llegue a la clínica, subí a mi habitación, me bañe y me alisté.

Cuando alguien tocó la puerta me puse nervioso.

-¿Si? –dije con miedo.

-Esteban, soy yo, Jackie.

Me acerqué inmediatamente y le abrí la puerta.

-¡Qué bueno que eres tú!, tenía miedo que fuera mi papá.

-Qué bueno que llegaste, tu papá te está esperando en la cafetería.

-De acuerdo, enseguida bajo –dije sentándome en mi cama y poniéndome mis zapatos.

-¿Esteban? –dijo Jackie acercándose a mí.

-¿Si?

-Habla con tu papá, trata de acercarte más a él, el señor Rafael solo quiere lo mejor para ti.

Suspiré.

-Jackie, yo...

-No digas nada, solo prométemelo, ¿sí?

Me levante de la cama y la miré fijamente.

-No puedo prometerte eso, Jackie.

-Aunque sea inténtalo, por favor, por tu mamá.

Me cambió la cara, cada vez que alguien mencionaba a mi mamá no sabía cómo reaccionar, simplemente quería cambiar de tema rápido, aún no supero que se haya ido.

Bajé mi mirada y lo pensé.

-De acuerdo, lo intentaré.

-Gracias, Esteban, gracias –dijo abrazándome.

La abracé también, después de todo, era mi enfermera y también mi amiga.

-Bien, voy a ir a la cafetería, deséame suerte.

-¡Suerte!

Salí de mi habitación, tratando de cumplir la promesa que le hice a Jackie, voy a intentarlo, tomé el ascensor y mentalicé como iba a recibir a mi padre.

Bajé del ascensor y me dirigí a la cafetería, en el camino, saludé a algunos doctores y enfermeras, todos me conocían, ya llevaba años en esa clínica.

Vi que mi papá estaba sentado en una mesa en la cafetería, estaba dándome la espalda, respiré hondo y entré.

Me senté al frente de él para iniciar la conversación.

-Hola, papá –dije serio.

-Hijo ¿Cómo estás?

-¿Cómo crees que estoy?

-Pues...te veo mejor que la última vez que te vi.

-Eso es porque no me ves hace dos años –dije molesto.

-Sabes perfectamente que tengo que viajar por mi trabajo.

De un momento a otro, se puso serio. Según Jackie, me parecía mucho a mi papá, tenía sus mismos ojos, el mismo cabello, todo, obviamente me molestaba que dijera eso, además no lo creía, pero esta vez que se puso serio, comprobé que tal vez Jackie tenía razón, tal vez si me parecía a él.

-Eso lo sé, lo que no entiendo es que después de dos años vienes a visitarme como si nada.

-Te avisé que vendría.

Suspiró.

-¿Podemos cambiar de tema? No he venido a pelear.

-Sí, claro –dije molesto.

Se hizo un silencio incómodo, mi papá se dio cuenta y empezó hablar.

-¿No me vas a preguntar cómo me ha ido?

No podía creerlo, o sea, se largaba 2 años, ¿y se supone que yo debía preguntar cómo le había ido?

Me indigné tanto que no pude cumplir la promesa que le había hecho a Jackie.

-Claro, papi –sonreí - ¿Cómo te ha ido? –dije sarcásticamente.

Mi papá se molestó, se notaba que estaba furioso, yo sólo sonreía sarcásticamente.

-Es más que claro que contigo no se puede hablar, me avisas cuando madures –dijo mi papá.

Se paró de la mesa y salió de la cafetería, ahora era yo quien estaba furioso, no lo iba a dejar ir sin antes decirle sus verdades.

Me paré y salí de la cafetería tras él, noté que estaba lejos para alcanzarlo, así que decidí gritar.

-Claro, huye, eso es lo único que sabes hacer –dije a sus espaldas.

Al escuchar eso, enseguida volteó y caminó un poco hacía mi pero igual manteníamos distancia.

-¡Yo vine a hablar contigo! –me apuntó con el dedo – pero ya me di cuenta que no puedo hacerlo con una persona que no sabe escuchar –gritó.

Me di cuenta que todas las enfermeras y doctores, nos estaban viendo muy atentos, ¿Cómo no iban a estarlo? Si me estaba peleando con el dueño de la clínica, incluso pacientes estaban viendo, pero no me importó.

-¿Yo soy la persona que no sabe escuchar? Tú eres el que me dejo aquí, ni siquiera me llamas, ¡Ni preguntas como he estado! ¿Acaso sabías que me dio fiebre alta tres veces en estos años? ¿O qué no pude respirar bien el otro día? ¿Lo sabías? ¡No! ¡Porque lo único que te importa es tu estúpido trabajo! –grité.

Mis palabras se hicieron eco por toda la clínica, se hizo un profundo silencio.

Mi padre, al parecer, se dio cuenta que todos nos estaban viendo.

Suspiró profundamente.

-Te veo mañana –dijo serio y con voz baja, como si quisiera que sus palabras solo las escuche yo.

Y sin más que decir, me dio la espalda y salió por la puerta principal de la clínica. Apenas él cruzó la puerta de la clínica, todos me quedaron viendo fijamente, lo que me hizo reaccionar e irme a mi habitación.

Estaba molesto, llegué a mi habitación y me tiré sobre mi cama, boca arriba, tratando de pensar. Y me pregunté: ¿Qué hubiese pasado si mamá no se hubiera ido?

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¡HOLA! Espero que se encuentren muy bien, les agradezco por leer esta historia que estoy desarrollando, y también espero que les esté gustando.

Cuéntenme, ¿Qué piensan de Nicole y Esteban? Falta poco para que sus caminos se vuelvan a cruzar. No olviden de comentar.

Les deseo muchos éxitos, y en unos días más subiré otro capítulo. 

Bye.

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