ESTEBAN - Capítulo 34

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¿Alguna vez han sentido esa sensación de estar parado en un lugar en el que tal vez no deberías estar?

¿No? ¿Solo yo? Bueno, eso me pasa justo ahora.

Trato de seguir la pelota lo más rápido que puedo, pero el jugador del equipo contrario me empuja con todo su peso y resbalo en el grass sintético, sintiendo cada una de esas pequeñas piedritas penetrar mi piel.

Maldición, odio que a cada rato me tiren al suelo.

Si no tuviera la mirada de Nicole encima mío podría concentrarme mejor, yo juego bastante bien, o lo hacía cuando aún estaba en la escuela, luego todo pasó y terminé aquí.

Creo que no debí aceptar, estoy algo oxidado la verdad. Aunque hay una pequeña con un cartel en sus manos en el que dice: ¡Vamos, Esteban! ¡Demuestra quién manda aquí! Una sonrisita salió del rostro de Ana en cuanto la vi.

Si tengo que soportar empujones, patadas, lesiones y que me traten como la mierda, lo seguiré haciendo porque la pequeña está feliz.

Por otro lado, y fuera de lo que esperaba, mi novia está tratando de mantenerse al margen de la situación, se rasca la cabeza impaciente mirando el cronómetro para que el primer tiempo acabe. Cada cierto tiempo le dedico miradas dándole seguridad y ella solo me ve como si fuera un niño pequeño. Sé que está asustada pero yo quiero hacerlo...

Otro jugador viene hacia mí y me empuja contra las rejas del campo, sacándome de mis pensamientos.

¿Pero qué es esto? ¿Fútbol americano?

Me quedo sentado en el césped, tomando bocanadas de aire, en eso veo como una chica intenta cruzar el recinto, pero es detenida por dos mujeres a sus lados. No demoro en darme cuenta que esa chica es Nicole y quiere matar al chico que me mandó a volar por los aires, el árbitro tiene que acercarse y hablar con ella para apaciguar su enojo.

Al parecer, su queja hizo que expulsaran al tipo, tanto es la euforia de Nicole que comienza a dar brinquitos en el aire y mientras él sale de la cancha, esta comienza a gritarle. Palabras como: "abusivo", "imbécil" "cretino" y, mi favorita, "inculto ignorante", salen de la boca de mi Estrellita.

Vaya que está enojada, será mejor no hacerlo más adelante.

Nota mental: No hacer enojar nunca a Nicole.

El árbitro pita otra vez dando aviso para hacer la última jugada del primer tiempo. Un chico que es perteneciente a mi equipo, me pasa la pelota con dificultad, logro mantenerla bajo control pero no me queda más remedio que darle pase a otro, este pega hacia el arco y casi consigue que entre. Todos nos agarramos la cabeza con frustración.

El salón de Nicole y Sofía parecen estar felices con los jugadores estrellas, sin embargo, aun noto su angustia, incluso Romina que pertenece al salón contrario me mira con los ojos sobresalidos.

Antes de que el oponente patee la pelota, miro a mi chica una vez más, buscando en sus ojos algo de aprobación o apoyo hacia esto, parece que lo nota al instante porque a lo lejos, distingo como me manda un beso disimulado, discreto, silencioso, solo para mí, y nadie más. Le guiño un ojo y corro hacia donde está el objetivo, mis pies parecen fundirse y mezclarse con el campo; logrando que la pelota sea dominada y controlada, la llevo hasta la otra mitad del juego, corro con todas mis fuerzas, mis piernas comienzan a quemarme y mi respiración vuelve a desnivelarse. Pero no me importa. El viento golpea mi rostro al ir tan rápido y es una sensación tan embriagadora que prefiero seguir jugando a qué me pongan agujas por todo el cuerpo. Por primera vez siento que se me acaba el aire por algo que puedo controlar. Siento que no respiro, pero nunca me sentí más vivo.

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