Vi como anochecía en la azotea, no me animé a bajar a la habitación porque eso implicaba encontrarme con Jackie, y tener que explicarle mis ojos rojos por el llanto y tantas emociones del día de hoy, decirle que iba a salir más tarde y que tenía una noticia muy importante: Nicole era mi novia.
Porque...era mi novia, ¿verdad?
Me había dicho lo que sentía, nos habíamos besado, cosa que quise hacer desde que descubrí que estaba enamorado de ella y fue mejor de lo que esperaba, y, además, me dijo que volvería porque teníamos una cita.
Me apoyé en el cemento que me separaba de caer hacia el suelo. Me toqué la cabeza mientras fruncía el ceño. Esto era confuso, y algo nuevo para mí...
¿Las personas podían besarse y ya estar juntas o necesariamente uno de ellos tenía que preguntar si quería estar con el otro?
Esas situaciones pasan en muchas películas que vi, pero en la vida real no sé si es así.
La luna resplandeciente me sacó del enredo que eran ahora mis pensamientos, era hermosa, incluso podría decir que veía sus cráteres desde la distancia, ¿era posible eso? Sentir que estás tan cerca de algo y que lo puedes tocar, sentir, ver, pero a la vez estás tan lejos de ese algo.
Las estrellas me hicieron acordar a Nicole. Bajé a mi habitación porque a lo mejor iba a empezar a buscarme por allí, quedé sorprendido cuando abrí la puerta y me encontré con ella. Llevaba un vestido verde hasta las rodillas, sus hombros estaban descubiertos y llevaba unas converse del mismo color.
-Hola, hola...yo..., iba a ir a, bueno... -No sabía ni qué decir, el beso que nos habíamos dado, más mis dudas sobre nuestra relación, me había dejado confundido.
-¿Todo bien, Rapunzel? –Alzó una ceja con preocupación y cómo vio que no respondía, se acercó a mí con los ojos bien abiertos. Me tomó con ambas manos. -¿Te sientes bien?
Se había maquillado un poco, tenía un poco de rubor en sus mejillas, pero aun así podía distinguir cuando se ponía roja por algún comentario coqueto mío o cuando estaba muy cerca de mí.
Sonreí y asentí con la cabeza, pero no me moví.
-Tranquila, estoy bien, Estrellita. –La miré más de lo usual. –Solo un poco pensativo, no te preocupes.
Ladeó la cabeza, pero lo dejó pasar; me tomó de la mano y se puso de puntillas para poder darme un beso fugaz en los labios que bien pude haberlo inventado por lo corto que fue.
-Hola, Esteban. –Sonrió mirando mis labios y luego a mí –No te había saludado.
Me quedé callado, como idiota.
Mi cuerpo reaccionó por mí y sentí como todo el calor se acumuló por mis pies hasta llegar a mis mejillas. Suspiré con una media sonrisa.
-Hoy estás muy callado. Vámonos ya o no disfrutaremos de nuestra primera cita.
Me jaló hacia la puerta mientras que yo sentí que estaba en un sueño.
***
-¿A dónde vamos? –Le pregunté detrás de ella. Iba casi bailando por la acera por la música fuerte que los autos producían.
Parecía tan tierna bailando, estaba muy feliz hoy y no sabía por qué.
-A la estación de policía, has sido un niño muy malo. –dijo dando una vuelta mientras avanzaba.
-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡No he hecho nada malo! –Me adelanté hasta estar junto a ella, a su lado.
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Cielo de luces
RomanceNicole es una chica demasiado ocupada y que no puede vivir como una joven debería hacerlo. Tiene que cuidar de su familia, y de sobre todo, su madre que padece Alzheimer. Ella sabe que su único lugar seguro es mirar las estrellas y perderse en ellas...