ESTEBAN - Capítulo 26

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"Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él"

                                                                                                                                            -Vincent Van Gogh

Mientras esperaba a Nicole para conocer a su mamá, volví a escuchar la canción que le había dedicado. Cuando la oí, supe que esa canción estaba hecha para ella, y ahora que la vuelvo a escuchar lo confirmo aún más, solo que la letra fue un poco directa, ¿no?

"I'm gonna give you my heart"

"I wanna die in your arms"

Espero que no haya pensado otra cosa, aunque, bueno, todo lo que decía la canción era verdad. Solo que no quería que se enterara de mis sentimientos por una canción. Digo, es una gran forma de que lo sepa, pero prefiero decirle lo que siento estando yo frente a ella.

Nicole tocó la puerta de mi habitación antes de pasar.

-Buenos días, Rapunzel. –Me saludó sentándose al costado mío, rápidamente apagué la música sin que se diera cuenta. -¿Cómo estás?

-Bien.

-¿Qué estabas escuchando?

-Música.

Soltó una risita, y levantó las manos en señal de rendición.

-De acuerdo, no me digas el nombre de la canción.

Sonreí, divertido por la situación.

-Ya estoy listo para conocer a tu mamá.

Su sonrisa se desvaneció poco a poco y se puso seria.

-¿Estás seguro, Esteban? Puede ser otro día.

Negué con la cabeza lentamente.

-No, Estrellita. –Le hice saber calmadamente. –Quiero conocerla hoy.

Ella miró al frente y suspiró antes de levantarse de la cama.

-De acuerdo. Vamos.

***

Pasamos el puente de cristal hacia la otra planta de la clínica. Y durante todo el trayecto estuvimos en silencio. Noté que algunos enfermeros y doctores me miraban. De seguro se preguntaban quién era la chica que me había estado visitando estos meses.

Cuando llegamos a la habitación de su madre, o eso supuse porque nos detuvimos en una, me miró unos segundos y luego al picaporte, finalmente, abrió la puerta.

La habitación era muy bonita, de paredes blancas, cortinas rosadas, una cama colocada al frente de un televisor, y un sofá pequeño. Una mujer estaba sentada en él, dándonos la espalda.

-Mamá –La llamó Nicole en un susurro. –Traje a una visita.

Ella volteó y le sonrió a su hija, pero su mirada se desvió hasta mí, y frunció el ceño. Parecía un poco fastidiada.

-¿Quién es este chico, Nicole? –preguntó, y su hija tuvo que sentarse con ella en el sofá, yo me quedé parado, mirándolas.

-Mamá, él es Esteban. Es sobre el chico que te conté la otra vez, ¿recuerdas?

¿Nicole le había hablado de mí?

Sin quererlo, me puse rojo un poco. Su madre bajó la mirada, confundida. Estaba seguro que buscaba en sus recuerdos aquella conversación que tuvo con su hija, y cuando parecía que se iba a cambiar de tema, ella miró a su hija con una sonrisa radiante.

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