Miré a través de mis amigos, que hablaban de cosas triviales, a Esteban y a Ana. Más bien parecía que esta última lo estaba amenazando.
¿No estará haciendo lo que le dije que no hiciera?
Pero la cara de emoción de Esteban me lo confirmó todo.
De tan solo dos zancadas quedé justo al lado de mi pequeña e inocente hermana quién apenas se quedó en silencio cuando me vio.
-Ana, ¿no le habrás dicho a Esteban lo de "ya sabes"?
Mi hermana abrió la boca para hablar, pero Esteban le ganó.
-Me encantaría participar en el campeonato deportivo con ustedes.
Fulminé con la mirada a Ana, y ella se golpeó la frente con una mano.
-Te dije que era un secreto, que no se lo dijeras a Nicole.
-Ah, ¿si? -Intervine en la conversación. -Te dije que él no puede participar de esa competencia, y que no le dijeras nada, pero al parecer yo hablo por las puras.
Realmente estaba molesta con ella, solo le pedí que no mencionara de ese campeonato frente a él porque sabía que querría participar de todas maneras, aun cuando su condición no se lo permitiera.
-¡Pero Nicole, nos falta un hombre en el equipo de fútbol masculino! -protestó alargando su cara pequeña.
-No puede jugar, te lo dije, le puede pasar algo. -Coloqué mis manos en mi cintura- Además, Esteban no juega fútbol.
-¿Y eso cómo lo sabes tú? -La voz de Esteban se hizo presente en nuestra pequeña discusión- A lo mejor te sorprenda.
Y me guiñó un ojo, coqueto.
Le sonreí sin gracia alguna y me negué rotundamente. Los dos me abrazaron y me apretaron hasta casi asfixiarme, insistieron e insistieron hasta que tuve que decirles que sí, pero solo con la condición de llevar a Jackie por si algo pasaba.
-Después hablaré contigo, Ana. -Esteban se rió de ella. -Y contigo también, no te salvas.
Esta vez Ana fue la que se carcajeó, haciendo ruido en toda la estancia.
-Parece que alguien está en problemas.
-Silencio, mini Nicole.
-¡Que no me llames así!
-¿Alguna llamada? -Le pregunté estando solos en el balcón, los demás estaban adentro charlando.
-No.
-¿Algún mensaje?
-Nada.
Suspiré pesadamente y refunfuñaba para mis adentros, amenazaba con asesinar a alguien en ese mismo instante.
-Hey. -Esteban me tomó por los hombros y me obligó a verlo. -No pasa nada, tengo todo lo que necesito aquí mismo.
Traté de sonreír para que se sintiera más tranquilo, pero odiaba la idea de que su padre ni siquiera lo haya llamado para saludarlo por su cumpleaños.
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Cielo de luces
RomanceNicole es una chica demasiado ocupada y que no puede vivir como una joven debería hacerlo. Tiene que cuidar de su familia, y de sobre todo, su madre que padece Alzheimer. Ella sabe que su único lugar seguro es mirar las estrellas y perderse en ellas...