NICOLE - Capítulo 19

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En todo el camino hacia la clínica me explicó que su padre estaba a punto de llegar, y que Jackie quería hablar seriamente conmigo. No sé cuál de las dos cosas me ponía más nerviosa.

No hablamos nada sobre nuestro casi beso.

Me había tomado por sorpresa su manera tan decidida de acercarse a mí, su forma de tocarme, de sentirme, de inclinarse hacia mí haciendo que nuestros labios se rozaran a punto de besarnos. Pero no pasó, no nos besamos; sin embargo, sí sentí algo, con tan solo ese pequeño roce de sus labios sobre los míos pude sentir algo.

Mis piernas me temblaron cuando lo tuve cerca de mí, cuando apoyó su frente en la mía, sentir la piel de su cuello fue una sensación embriagadora, y ese roce de nuestros labios fue una sensación indescriptible.

De algo estaba segura, es que, si no hubiera sonado su celular, probablemente ya nos hubiéramos besado.

Sonreí al pensar en eso.

Llegamos a la clínica corriendo como locos, tomamos el ascensor, y nos adentramos a su habitación.

-Dime que aún no ha llegado –dijo Esteban abriendo la puerta y con la respiración agitada.

-No, aún no llega, pero de seguro que llegará pronto –afirmó Jackie desde el escritorio de la habitación.

-Excelente, lo logramos –Se alegró antes de tirarse a la cama y descansar. Yo me apoyé en la puerta para tomar aire, mi respiración estaba acelerada igual que la de él, debido a que habíamos venido corriendo para llegar antes que su padre.

Sentí las fuertes pisadas de Jackie, mi mirada se levantó del suelo hasta verla acercarse a mí.

-Tenemos una conversación pendiente –declaró la enfermera con su cabello rubio amarrado en un moño.

Dejé de apoyarme en la puerta, y me enderecé, demostrando que no le tenía miedo en absoluto.

-Ya lo creo –La miré directo a los ojos.

-Oh, vamos. ¿No pueden llevarse bien y ya? –Renegó Esteban, apoyando los codos sobre la cama.

Ambas lo miramos y luego volvimos a mirarnos la una a la otra.

-Nos llevamos bien –contestamos a la vez.

Esteban se rio.

-Sí, claro. –Volvió a dejarse caer en la cama, mirando hacia arriba.

Caminé hacia su escritorio y me senté en la silla, esperando a que Jackie me diera el sermón de mi vida.

-Señorita Nicole...

-Solo Nicole, Jackie. –Le recordé que me podía llamar solo por mi nombre.

Ladeó su cabeza, y me miró con dureza.

-Bien, Nicole. -Hizo una pausa antes de hablar- ¿Sabes lo que me hiciste pasar al no saber absolutamente nada de Esteban por una noche entera? Y no solo eso, enterarme de que se emborrachó fue lo peor.

-Lo sé, y lo siento. La idea era que Esteban no tomara nada de alcohol, pero los vasos se mezclaron y...

-Era tu responsabilidad cuidarlo –Me interrumpió, molesta.

-No me trates como si fuera un niño pequeño, Jackie –Intervino Esteban, sentándose en su cama.-Puedo cuidarme yo solo.

-No, no puedes –refutó, mirándolo con firmeza- Tienes leucemia y necesitas que te cuide, por tu seguridad.

-Sí, Esteban. Jackie tiene razón. –Me levanté de la silla- Pero yo también puedo cuidarlo.

-¿Así como lo cuidaste el otro día?

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