-Ya deja de moverte –Le dije a Esteban. Estábamos en su habitación mirando una película de princesas en su laptop, pero parecía inquieto. - ¿Por qué rayos te mueves tanto? Pareces un niño.
-¿Será por qué esta cama es muy pequeña para ambos? –Me miró con ironía en sus ojos- Ahora, haz silencio. Estoy concentrado en ver cómo el príncipe Erick se casa con una mujer que no es Ariel.
Sí, así es. Estábamos viendo La sirenita de Disney.
-¿Y desde cuando te gustan tanto las películas de princesas?
-Desde que me obligaste a verlas.
Oh, no. He creado un monstruo.
Sonreí por lo bajo.
La película ya estaba por terminar, parezco muy concentrada a pesar de que la he visto millones de veces. Desvió mi mirada hacia Esteban cuando lo veo de reojo y él lo nota. De pronto, le pone pausa a la película.
-¿Pero qué...?
-Quieres que deje de moverme, ¿no es cierto? –Sonrió pícaramente.
Lo miré sin entender, pero asentí con la cabeza lentamente.
-Pues, acércate más a mí, Nicole.
Me puse roja al instante, sin embargo, también me comencé a reír. ¿Qué bicho le había picado para que diga esas cosas de la nada?
-¿Estas...-Trataba de formular la pregunta- coqueteando conmigo?
Esteban parecía confiado, pero al ser descubierto, se puso rígido en su lugar, y dejó de sonreír de inmediato.
-¿Q-Qué? No, Nicole, esta cama es muy pequeña para ambos, solo quiero que estés cómoda...
-Estando más cerca de ti –Sentencié con una sonrisita divertida.
-Estando más cerca de mí, sí –Confirmó, pero luego se dio cuenta de lo que había dicho y se retractó con las mejillas enrojecidas- ¡No, eso no era a lo que me refería!
No pude evitar reírme más y él se tapó la cara con las manos, avergonzado.
-Me matas, Estrellita.
"Estrellita", ese apodo no lo había dejado de decir desde la boda de su padre. Me lo dijo esa noche bajo la luna llena y desde ahí, me lo dice casi siempre. Cada vez que me llama por ese sobrenombre, hace que mi corazón se derrita de ternura y felicidad.
-Espero que no sea de la forma seria –Bromeé con él.
-Por supuesto que no. Aún no es mi hora –dijo dramáticamente y con una mano en su frente.
Pusimos nuevamente la película hasta que terminó. Y yo tenía que ir a visitar a mamá.
-Quiero conocerla.
Me detengo abruptamente mientras avanzaba hacia la puerta. Me volteo hacia él, estupefacta.
-¿Q-Qué?
-Vamos, Nicole. ¿En serio creías que nunca iba a pedir conocer a tu madre? –Se acomodó en la cama y me miró fijamente.
-Bueno, yo...o sea, no pensé que tú...
-Es que sí quiero conocerla, de verdad. –Por el tono en como lo dijo, supe que estaba hablando totalmente en serio.
Me acomodé el cabello, nerviosa por ese tema de conversación que salió sin estar preparada.
-No lo sé, Esteban. No es buena conociendo a gente nueva...puede reaccionar mal.
-Lo sé, y lo entenderé perfectamente, pero quiero conocerla. –Ladeó la cabeza hacia un lado, buscando mi mirada de aprobación y como no la hallaba, me llamó: Estrellita.
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Cielo de luces
RomanceNicole es una chica demasiado ocupada y que no puede vivir como una joven debería hacerlo. Tiene que cuidar de su familia, y de sobre todo, su madre que padece Alzheimer. Ella sabe que su único lugar seguro es mirar las estrellas y perderse en ellas...