Miraba a Nicole con curiosidad, no entendía que era lo que pasaba por su mente. Pero cuando me sonrió supe que todo estaba bien.
-¡Tengo una idea! –dijo al fin.
Alcé una ceja.
Ella continuó hablando.
-¿Qué te parece si salimos de aquí?
Abrí los ojos sorprendido.
-¿Qué? ¿Ahora?
-No, ahora no. Pero un día deberíamos salir, ¿no crees?
Por supuesto que me gustaría salir con ella, pero al parecer, Nicole se estaba olvidando de algo muy importante.
-Nicole, sabes que no puedo salir de aquí –dije con un tono triste- Mi padre...
-Tu padre no tiene por qué enterarse –me interrumpió diciendo aquello. -¿No te gustaría salir?
-Sí, por supuesto.
-¿Entonces? Hay que hacerlo –declaró firmemente.
-Pero hay cámaras de seguridad, nos pueden ver –le recordé.
-¿Y qué tiene? ¿Acaso tu padre puede pedir a la clínica las grabaciones? –preguntó entre risas.
Ella no tenía idea de que mi papá era el dueño de la clínica, me olvidé de comentarle ese pequeño detalle.
Mi silencio lo dijo todo. Nicole dejó de reírse y se puso seria.
-¿Tu padre puede hacer eso?
-Mi padre puede hacer lo que sea en esta clínica, es el dueño –manifesté.
Nicole se congeló ante mi confesión y me preguntó si realmente era el dueño. A lo que yo respondí que sí.
Se quedó mirando un punto fijo en el jardín, pensando. Se le había borrado todo rastro de intención que tenía de sacarme de aquí, y la verdad, no la culpo.
¿Quién querría sacar al hijo del dueño de la clínica poniendo en riesgo su libertad solo para hacerme feliz?
No podía pedirle eso a Nicole, si mi papá se enterara de esto, probablemente, haría que la madre de Nicole ya no sea atendida aquí. Y hasta donde había entendido, la mamá de Nicole había sufrido un accidente y no quería causarle problemas a su familia.
O peor aún, mi papá tenía mucho poder, y podía afectar la libertad de Nicole, llevarla a la cárcel...
Realmente, no creía que mi papá sea capaz de enviar a la cárcel a Nicole, pero tenía que imaginarme todos los posibles escenarios si él se enterara de esta salida.
Es mejor dejar las cosas como están para evitar problemas. Además, no creo que Nicole se arriesgue tanto...
-No importa, saldremos igual –anunció luego de quedarse callada por unos minutos.
-¿Qué? No, no puedo permitir que hagas eso. Es muy arriesgado.
-Lo sé, pero Esteban, ¿realmente quieres pasar el resto de tu vida encerrado aquí?
No, claro que no. Quería salir a ver el mundo.
-Nicole, ¿estás segura? No quiero meterte en problemas –dije sinceramente.
-¡Súper segura! –exclamó con una sonrisa y sin titubear, lo cual, me convenció.
Se me iluminó la cara.
-De acuerdo, está bien. Saldremos.
Pude sentir unos nervios que no había sentido hace mucho tiempo. Esto iba a ser interesante.
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Cielo de luces
RomantizmNicole es una chica demasiado ocupada y que no puede vivir como una joven debería hacerlo. Tiene que cuidar de su familia, y de sobre todo, su madre que padece Alzheimer. Ella sabe que su único lugar seguro es mirar las estrellas y perderse en ellas...