NICOLE - Capítulo 27

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"Estoy perdidamente enamorado de ti"

No, no. Esto no puede estar sucediendo...

"Y yo estoy enamorada de ti, Esteban", eso fue lo que quise decir, pero el miedo, en ese momento, fue mucho más fuerte, y no fui capaz de confesarle mis sentimientos.

Ya había cruzado una calle que me mantenía lejos de la clínica, y me escondí detrás de una pared, para poder respirar y tranquilizarme.

Mierda, todo había pasado tan rápido.

¿Cómo es que, de un segundo a otro, Esteban terminó confesándome que se había enamorado de mí?

En tan solo diez malditos minutos había cambiado toda nuestra relación por completo.

No debió decirlo, no debí dejarlo así, no debí salir corriendo porque lo único que estaba haciendo realmente era huir de mis sentimientos.

Lágrimas comenzaron a aparecer por mi rostro, por la frustración, inviabilidad, y desconsuelo. ¿Por qué no todo podía ser más fácil? ¿Por qué nos encontramos de esta manera tú y yo, Esteban?

Justo cuando ambos estamos combatiendo nuestros propios demonios...

Porque sí, tenía que admitirlo de una vez por todas, estaba aterrada de estar junto a Esteban sabiendo que él pronto se iba a morir. Soy una pésima persona por eso, lo sé, pero me protejo a mí misma de lo que después puede pasar.

¿Qué pasará conmigo cuando Esteban deje de estar aquí? ¿Podré continuar sin él? ¿Podré recuperarme de su muerte y seguir con mi vida?

No, no podría soportarlo. Jamás lo superaría.

Demasiadas preguntas y tan pocas respuestas.

Era una cobarde, una maldita cobarde por no luchar por lo que quería sin importar lo que sucediera después, la vida se trataba de vivir el presente sin pensar en el mañana, pero es tan fácil decirlo que hacerlo.

Entonces, recordé como Esteban me dijo que sabía que yo, en algún momento lo iba a dejar, que me iba a aburrir de él. Jamás me aburriría de él, podría estar con él el resto de mi vida y jamás provocaría ese sentimiento en mí, pero hoy lo había abandonado, así como su padre, el idiota de Daniel, y todos sus amigos y conocidos.

No.

Yo no soy igual que ellos, yo sí sé lo que quiero. Y lo quiero a él, solo a él.

A la mierda todo, ya no me importa que él se vaya a morir pronto, iba a disfrutar de cada momento con él, cada beso, cada caricia, cada sonrisa. Lo iba a arriesgar todo por él, porque merece la pena. Esteban lo vale.

Ya quiero dejar de pensar en el futuro, en el mañana, quiero vivir el presente de una vez por todas y...quería amar, quería amarlo solo a él.

De acuerdo, eso haré.

Me limpié las lágrimas de mi rostro y crucé la calle que me separaba de la clínica. La adrenalina se apoderó de mi cuerpo en ese instante, necesitaba encontrarlo y explicarle absolutamente todo, confesarle lo que sentía cuando estaba con él, nunca me había sentido tan conectada hacia una persona, y pensaba gritarlo a los cuatro vientos cuánto lo quería.

No estaba en su habitación.

Ay, mierda.

¡En el jardín secreto!

Fui corriendo hacia allí, empujé a uno que otro doctor y enfermera mientras me adentraba en el pasillo para ingresar al jardín. Me paré allí, y observé a cada una de las personas que se encontraban en ese lugar. Ninguna era Esteban.

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