~ El jardín estaba decorado de flores sin duda hermosas, los sonidos de las aves transmitían una gran paz... El atardecer colorea el cielo de un color agradable; dos mujeres caminaban de regreso a la casa por el camino que conducía al porche, reconocí a Amelia por aquellas facciones en su rostro y miré como se acercó de manera cariñosa a Mark quien la recibió con un beso en la mejilla y ambas parejas tomaron asiento para tomar el té.
Sus facciones se me hacían conocidas, no era la primera vez que miraba a la pareja que les acompaña: la mujer era de piel blanca, cabello castaño que casi pasaba por rubio, su vestimenta un vestido suelto color vino, un par de joyas y una expresión serena que trasmitía dulzura. El hombre era un poco más alto que ella, piel ligeramente bronceada pero el blanco predominaba, un cabello que llegaba a la altura de los hombros, una camisa blanca y pantalón negro era su vestimenta; sus facciones eran de alguien fuerte y decidido, pero de un hombre justo y amable.
— ¿Y cómo están sus hijos? –preguntó Amelia.
— Muy bien. –respondió la mujer, sus ojos brillaron al hablar-. Muy grandes como te imaginarás, son hermosos. Carmen se ha quedado a cargo de su cuidado, nuestro hijo mayor le ayuda a eso.
— Hace un tiempo que no los vemos. –dijo Mark mientras tomaba de su taza haciendo movimientos elegantes-. Esperemos ir a su casa cuando se presente la oportunidad.
— Cuando gusten, Mark. –dijo el hombre-. Seguramente les dará alegría verlos.
— Sobre todo, a nuestra pequeña. –rio levemente la mujer a su lado, no dejaba de admirarla. Era hermosa.
— Ha resultado curiosa de varias cosas. –continuó el castaño-. Su timidez es lo único que no le permite tomar un camino concreto.
— Tiene seis años, querido. –le recordó su esposa-. Estoy segura que tendrá el carácter de su padre.
— Tiene vario por aprender y vivir. –habló Amelia-. Tiene un gran ejemplo en ustedes.
— Tiene razón. –concordó Mark con su esposa-. Son un gran orgullo para sus hijos.
Ambas parejas continuaron charlando de distintas cosas, sin embargo, la imagen de ellos no la podía olvidar... siento haberlos visto en algún otro sitio; una ligera sensación de tristeza me invadió al verlos. Una pareja que demostraba lo mucho que sus hijos eran importantes para ellos, su manera de hablar... una lagrima cayó a mi mejilla.
El escenario cambió de manera drástica.
Ahora me encontraba en la ciudad, la noche dominaba y alguien parecía correr en la calle que se encontraba desierta; no sabía de qué se trataba de escapa hasta que entró al bosque y se detuvo para tomar aire.
"¡No lograrás escapar de mí!". –decía una voz masculina, algo que hizo a la persona volver a correr. Escuché una risa casi tétrica-. "Terminarás como ellos, pero primero me divertiré contigo...".
Escuché el sonido de un disparo y lo último que vieron mis ojos fueron aquellas pupilas rojas con gesto sádico.
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Broken © (2da parte de Stalker Love)
VampireAsegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love». No. Eso debía ser una equivocación... - Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente. - Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...