Estaba en el comedor terminando de comer. Me encontraba únicamente yo pues Mark atendía un par de asuntos en su despacho junto a otros miembros del consejo y sabía que aquello iba para largo; las chicas cumplían con sus deberes junto a la señora Margareth quien amablemente me sirvió la comida, lo cual le agradecí. No tenía idea de donde se encontraba Damián, aunque eso debería importarme una mierda... y evitaba a cualquier costo encontrarme con ese idiota de Jason...
Era la última persona que deseaba ver en estos momentos.
Al terminar, me puse de pie para ir a mi habitación y leer un poco pues era lo único que podía hacer mientras todo el mundo hacía sus trabajos, abrí la puerta cerrándola detrás de mi, caminando hacia la cama en donde me senté tomando el libro de la mesita de noche y abriéndolo en la página en donde me había quedado la noche anterior.
''Nicole, te presento a Jason. Tu hermano...''.
Esas palabras continuaban resonando en mi mente desde hacía cinco días, conmigo tratando de enterrarlas en lo más profundo de mis pensamientos, pensando en que todo había sido parte de un retorcido sueño; nadie parecía saber lo sucedido en la enfermería esa noche, y era mejor así. No necesitaba ser el centro de atención a esas alturas.
Unos ligeros golpes a la puerta me sacaron de mis pensamientos mientras desvié la mirada hacia ésta.
- Adelante. -dije, la puerta se abrió mirando de quien se trataba, aunque, un poco sorprendida- ¿Desde cuándo tienes la decencia de tocar?
- Desde que casi me matas por no querer salir de este cuarto -sonrió arrogante- Pero créeme, morir en tus manos sería una buena manera de hacerlo.
- Eres un idiota, ¿Alguna vez te lo había dicho? -dije sarcástica.
- Sólo un par de veces -se acercó hacia la cama mientras levantó mis piernas con el único propósito de colocarlas sobre las suyas- Has sido muy escurridiza estos días, no puedo tenerte ni cinco minutos para mi. Eso me vuelve loco.
- Quizás es lo que te mereces -dije yo con una ligera sonrisa mientras éste me propinaba un ligero golpe en el hombro.
- Eres cruel con tu acosador, cariño, y eso no está bien -me advirtió, no pude evitar reír- ¿Será que esta señorita me conceda el ''honor'' de hacer espacio en su apretada agenda para su acosador?
- La agenda es muy apretada -dije, divertida por la manera en la que éste se comportaba- No se aún sí tendré tiempo libre..
- Por favor -mofó- Ambos sabemos que Mark te da demasiado tiempo para tí misma, el único trabajo que haces es limpiar el despacho y ordenar la biblioteca -inclinó su cuerpo hacia enfrente, quedando pocos metros de mi rostro- No pasará nada sí estás unos minutos conmigo.
- Cuidado con tus acciones, acosador, puede que termines golpeado -dije, su sonrisa creció.
- Y debo tener miedo por lo que dices -rió- Eso debería ser para ti... -sin darme cuenta y en menos de un segundo, éste me tenía derribada en la cama, él sobre mi; con aquel gesto arrogante- ¿Lo hiciste a propósito, verdad?
- Digamos que me encuentro en uno de esos días en los que puedo soportarte -hablé, sintiendo sus manos recorrer mi piel, desde las piernas hasta mis brazos- Pero eso no significa que te dejaré hacer uno de tus miles de abusos.
- Eso me suena como un reto -dijo él, acercando su rostro a centímetros del mío, sin dejar de mirarme- Realmente te agrada ser acosa...
- Tampoco debes bajar la guardia... -dije, antes de invertir nuestras posiciones, dejándolo ahora derribado sobre la cama, sujetando ambas muñecas en contra del colchón- Jamás dejes que tus impulsos y deseos te controlen en una 'pelea', de lo contrario: perderías antes de haber comezado.
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Broken © (2da parte de Stalker Love)
VampireAsegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love». No. Eso debía ser una equivocación... - Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente. - Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...