Los días transcurrieron de una manera extrañamente tranquila, tanto que podría decir 'normal'...
Todo en aquella mansión se había vuelto en una rutina en la que finalmente había caído luego de meses en aquel sitio; ayudaba en alguno de los trabajos exteriores (cuando el clima lo permitía), continuaba acomodando archivos en la biblioteca ahora vigilada por Mark por motivos que no quiso revelar. Durante los atardeceres pasaba tiempo con la señora Margareth entre conversaciones e historias... me agradaba su compañía.
La directora Alessandri comenzó aquellas clases dentro de la casa, dando en ocasiones asesorías en ciertas materias, no había ocasión en la que no me dirigiera una leve mira-da... la realidad era que me sentía un poco feliz por verla por esos rumbos; aún recuerdo la cantidad de veces en que debía ir a su oficina cuando me metía en problemas.
— Me da tanto gusto que aún te mantengas fuerte...
Nos encontrábamos en el patio trasero en la pequeña mesa que estaba situada en el centro, un par de libros descansaban sobre ésta; el sol brindaba un poco de calor a ese helado día.
— Aunque no lo crea, yo también.
— Escuché sobre tus parientes en México -me dijo, acomodó sus lentes- Debe ser difícil para ti.
— Lo que sucedió no debe afectar mi futuro -hablé, coloqué el separador en la hoja antes de cerrar el libro- Usted debía tener alguna información acerca de mi cuando me encontró.
— Apareciste en la puerta del internado cubierta de humo, pero no había ninguna no-ta -explicó- Solamente tu rostro cubierto en lágrimas y tu mano en un color naranja-do, producto de una quemadura.
— Así que, mi origen sigue siendo un misterio...
— No permitas que eso te detenga -me dijo, la miré- Has vivido experiencias que te han marcado en varias formas. Sin embargo, continúas demostrando que sigues en pie.
— Forjé mi carácter en el internado, para no dejarme pisotear -miraba hacia lo lejos, recordando cada cosa que viví en ese lugar- Iba a probar ser la mejor de todos.
— Varias 'pruebas' te dieron acceso a mi oficina -me recordó, una media sonrisa apareció en mis labios.
— No me arrepiento de mis acciones en todos esos años -mi tono adquirió un poco de arrogancia- Aun cuando estas me hicieron expulsar, probé tener lo necesario para seguir viviendo.
— Eso no cambiará en ti, Nicole -suspiró Alessandri.
— Y no planeo cambiar nada.
Una vez que mi hora terminó la acompañé hacia la puerta al marcharse; hablar con ella me hacía sentir como en los viejos tiempos, pues en las cuatro paredes de aquella oficina me daba consejos, recomendaciones sobre cómo manejarme dentro del internado. Fui diferente a las demás niñas del sitio, no me interesaba tener amigos ni mu-cho menos formar parte de los 'grupos', me interesaba ser distinta y tener prioridades... Tal vez lo había conseguido. Tal vez no.
Me detuve un momento al observar como Jason caminaba por el pasillo y me fulminaba con la mirada... De acuerdo, no estaba siendo fácil para nada.
— Así será siempre, ¿no es así? -finalmente hablé, sus ojos marrones me miraban fríos.
— No porqué seas... mi hermana, signifique que el odio desapareció -sentenció- No tienes idea de los deseos que tengo por matarte...
Caminó hacia mi dando grandes zancadas, me mantuve en el mismo punto hasta verlo frente a mi persona; ninguno despegó la vista del otro.
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Broken © (2da parte de Stalker Love)
VampireAsegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love». No. Eso debía ser una equivocación... - Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente. - Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...