El lugar estaba decorado con un toque muy elegante, digno de una cena de sociedad. En las paredes cientos de cuadros gigantescos de cada familia "fundadora" colocados por apellido, cientos de mesas con un lugar para siete personas adornadas con manteles blancos muy finos al igual que las sillas de color plata del techo colgaba un enorme candelabro iluminados por completo.
Caminaba por el pasillo sujetada de Damián, y de mi lado derecho se encontraba el rudo de Jason... tal parecía que Mark le había pedido...no, ordenado, estar junto a nosotros todo el evento; no hice ningún contacto visual con él durante toda la noche, sabía que compartíamos el mismo pensamiento. Saludamos a los señores Miralles quienes se alegraron de vernos, y con quienes charlamos por algunos minutos, ellos se mostraron atentos ante cada palabra que decíamos al tiempo que nos expresaban una que otra palabra como "ánimo" ante un posible noviazgo...
Eso no iba a pasar jamás.
¿O si?
Nos separamos de ellos luego de unos escasos cinco minutos hacia lo que parecía ser nuestra mesa, tomando asiento casi de inmediato, miré alrededor a varios de los que eran mis compañeros de clase con sus respectivas familias... un par de ellos eran grandes empresarios, dueños de una gran fortuna, gente importante en distintas ramas de la sociedad.
- No te siento nerviosa como la primera vez -murmuró Damián, miré ligeramente hacia mi derecha- Quizás ya te acostumbraste a estos eventos reales.
- Te recuerdo que soy diferente a todas las personas en este lugar -le repetí, no olvidaba lo que era- Pero el fingir se me ha dado demasiado bien.
- Conmigo no pareces fingir, cariño; sabes que soy el único que conoce cada parte de tu forma de ser. Y de tu cuerpo... -desvió un poco la mirada, riendo por lo bajo antes de hablar nuevamente- Tranquilo, compañero, no sería bueno mostrar tu...enfado en este lugar.
- Cierra la boca -exigió Jason, miré de reojo su expresión: enojo y... ¿Celos? No, eso sería demasiado estúpido. Incluso para alguien como él. Aunque...
- Celos de hermano -se burló Rosell, sabía que dio en el punto al ver la reacción de aquel sujeto, bajó la mirada hacia su copa de vino sobre la mesa.
¿Qué carajos acababa de ocurrir?
La cena transcurrió de lo más "normal" posible, o casi: el
servicio y la muestra de atención en aquel sitio fue el mejor que he visto desde mi llegada a Madrid; hubo adultos que se detuvieron en nuestra mesa para charlar con nosotros (quizá por orden de Mark, pero que parecería ser una prueba de nuestros modales), demostramos la madurez y la seriedad que se requería el responder los cuestionamientos de cada uno de ellos. Logré pasar tiempo con Carol y Coral en la mesa que fueron designadas para olvidar un poco de mis tantas dudas, y tratar de actuar como una chica de mi edad... Vaya cosas, ¿verdad?- Entonces... -habló Carol- ¿Segura que no hay nada entre Damián y tú? -era la cuarta vez en la semana que me preguntaba lo mismo.
- No lo hay -respondí- Y no lo habrá.
- No te ofendas, Nikki, pero harían una bonita pareja -habló Coral, mientras terminaba lo último del platillo- Además, no me interesa.
Ambas chicas se miraron incrédulas.
- Por dios, mujer, pasan la mayor parte del día juntos, el señor Mark incluso le pidió "mudarse" a tu habitación, y lo asignó como tu guardaespaldas. No creo que sea simple coincidencias.
Dirigió su mirada hacia el otro lado del salón y yo miré del mismo modo, se encontraba "charlando" con Jason, aunque muy a su manera... su mirada cruzó breves segundos con la mía, lo que me hizo sentir una especie de descarga en todo mi cuerpo.
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Broken © (2da parte de Stalker Love)
VampireAsegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love». No. Eso debía ser una equivocación... - Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente. - Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...