Capítulo 13

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Unos días pasaron y todo (o casi todo) estaba igual. El periodo de evaluación y los resultados estarían en una semana, había terminado exhausta pero satisfecha por haber dado mi mejor esfuerzo; las clases continuaron de manera normal: mi comunicación con el señor Avellaneda iniciaba a ser casi diaria después de clases, me quedaba luego que el timbre sonaba para hablar sobre temas pendientes que quedaban en sus visitas a la mansión.

Aquellos dos meses habían servido para poder confiar en él.

El punto esta ocasión era que esos dos sujetos debían esperar hasta que mi plática terminara, en cierto punto era divertido ver sus reacciones, yo lo llamaba "estar a mano".

Cada atardecer después de la cena me retiraba para dirigirme hacia el jardín en donde leía un poco algunos libros que había logrado sacar de la biblioteca (gracias a Gerard); me enfoqué en los de la historia de la sociedad y entender un poco más sus costumbres y tradiciones... debía familiarizarme con todo antes de otro evento importante. Probablemente había juzgado de manea errónea en algunos sentidos, la mayoría tenia trabajos como cualquier otra persona y solo unos cuantos lo hacían de manera pública o manejando todo desde sus respectivos hogares... tal como Mark.

Acuerdos, conferencias, firmas de acuerdos... todos protegidos bajo la seguridad del Consejo que fue creado en 1034 y el cual ha cambiado de integrantes a lo largo del tiempo, conformado por un integrante de las trece familias reales en dicha sociedad los cuales consultan cada decisión con el líder; este en un juicio declaraba la decisión o sentencia dependiendo de la importancia del asunto.

Estaba por leer las historias de las familias cuando uno de los guardias me llamó al parecer me necesitaban en el despacho, puse el separador en el capítulo donde me quedé me puse de pie y volví adentro; la noche iniciaba a caer y un ligero viento soplaba de manera fría, apreté el libro contra mi pecho al entrar y caminar hacia la oficina, me detuve frente a la puerta esperando a que abriera.

— Adelante. –escuché decir, tomé la manija y abrí; Mark se encontraba sentado frente a su escritorio revisando algunos papeles con uno de sus socios quien hizo una leve reverencia al verme.

— Es un placer verla de nuevo, señorita Nicole. –dijo amable.

— Igualmente, señor Lucio. –respondí cortés.

— Estos son los reportes de la empresa. –se volvió al hombre, mostrándole un par de hojas con algunas cifras-. Los números van mejorando que hace seis meses. En cuestión de semanas, todo estará como antes.

— Confío en que así será. –dijo Mark, firmó una de esas hojas y devolverla a Lucio-. Gracias por hacer los reportes.

— Te recuerdo que debes estar presente en la junta del jueves para que dejes instrucciones. –le recordó.

— Ahí estaré, sin duda. –se levantó de su silla-. Eso ha sido todo, Lucio, puedes retirarte.

— A tus ordenes, como siempre. –dijo el pelinegro, guardo el papeleo en el porfolio que traía en mano-. Te veo en unos días. –estrecharon sus manos y se dirigió a mí-. Señorita.

— Que le vaya bien.

El señor Ernesto lo guio hasta la puerta principal el tiempo que me quedé a solas con Mark buscando algo en uno de los cajones, esperé paciente lo que quería hablar contigo.

— El descanso de primavera inicia la semana entrante. –comenzó a decir-. Eso significa que tendrán que asistir al baile del viernes.

Hice una mueca.

— Sabes que odio esos eventos, viejo. –dije-. Y no tengo buenos recuerdos del ultimo baile.

— Eso no está en mí, Nicole, es obligatorio que asistan a ese evento; lo único que pido es que se comporten. –explicó-. Nada de problemas entre ustedes tres.

Broken © (2da parte de Stalker Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora