Asegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love».
No. Eso debía ser una equivocación...
- Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente.
- Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...
A la mañana siguiente desperté como si ese sueño no hubiese ocurrido, no deseaba alarmar a mis amigas quienes se mostraban muy alegres y no iba a echar a perder ese momento. Caminamos al comedor donde el desayuno estaba servido mientras Nora comentaba un poco sobre lo que tenía planeado para el resto del día sin dejar de lado la emoción que podía tener un solo nombre.
— Quedamos en el centro comercial –explicó-. Pero iré a la mansión para sorprenderle.
— Vaya que estás loquita por él –rio Marjo-. Jamás te había visto así.
— Me da gusto que te sientas de esa manera, Nora –le dije-. Sé que mi hermano también está de la misma forma. Aunque no lo admita.
— Es misterioso y atractivo –dijo con esos ojos de cordero enamorado, vaya que estaba enamorada de él-. Eso me gusta.
— No he tratado mucho con él, pero es obvio que son iguales ustedes dos –dijo Marjo en mi dirección-. Papá dice que son dos de los mejores estudiantes que ha tenido en siglos, ambos son fuertes y pelean por un ideal dentro de la sociedad. Cómo no admirarles.
— Ella tiene razón, Nikki, a pesar de su condición, demuestran que deben ser tratados como a cualquiera nos gustaría ser tratados: con aceptación.
— Y aquí nos tienen –hablé-. En pie,
Desayunamos de manera tranquila sin dejar de reír por la emoción con la que Nora hablaba de mi hermano que no sé cómo evitó un desmayo de tantas ocasiones que sus ojos se iluminaban.
Los Caballero fueron amables de prestarnos los baños de las habitaciones de huéspedes para tomar una ducha antes de regresar a la mansión. Cerré la puerta antes de meterme a la regadera y justo después iniciar a desnudarme para entrar al agua; dejé que esta cubriera mi cuerpo sin dejar de pensar en aquel sueño que habita tenido, ya que todo resultaba confuso y algo tenebroso... Alguien sin duda me quería ver muerta, era de la realeza y lo ha tratado de hacer a plena luz de día.
Mi mente ha estado demasiado cansada en las últimas semanas desde que descubrí aquello en esa reunión, esos sueños únicamente me desgastaban más, pero me negaba a ceder ante dichas palabras.
Veinte minutos fue lo que tardé en mi baño antes de salir envuelta en la toalla y sentarme por unos instantes en el suelo para tranquilizar mi mente y no escuchar voces... sentí el móvil sonar arriba de la mesita, lo tomé para averiguar de qué se trataba: «Buenos días señorita Nicole, espero que esté bien. Me alegraría si aceptase una salida esta noche a un centro nocturno de élite; pasaré por ti a las ocho treinta. Pasa un buen día».
Gerard. Los últimos días su compañía me ha venido bien, pasaba vario tiempo hablando con él y sus palabras han sido una buena medicina durante la primera semana cuando aquella noticia me fue dicha. Era muy atento conmigo, y comprensible... contesté su mensaje aceptando su propuesta y recibí un archivo adjunto seguido por su siguiente mensaje: «Para usted, mi señorita»:
La fotografía era de una de las reuniones que atendimos a finales del año anterior, cuando iniciaba a conocerlo, debí estar distraída al momento de tomarla... él lucía impecable con aquel traje que resaltaban sus ojos azul cristalino. No sabía que pensar mucho el por qué las chicas se enamoraban de él, era atractivo, pero no me gustaba... era un buen amigo.
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