Capítulo 5

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El silencio fue mutuo por unos minutos, y para ser honesta, era bastante incómodo; me mantuve en la misma posición hasta que decidí tomar asiento, con la mirada de Jason siguiéndome con atención.

- Tienes agallas para ignorarme -habló, no le dirigí la mirada- Eso puede jugar en tu contra, lo sabes.

- Cuestionamientos tan absurdos de tu parte son patéticos -llevé un bocado de la comida a la boca- ¿No tienes nada que hacer en otro lugar? No se, joder a alguien más que no sea yo.

Alcé la mirada sin ningún tipo de miedo sólo para observar la perfecta expresión de mudo que tenía, lo había dejado sin palabras, y sabía perfectamente que estaba jugando con mi suerte.

Se levantó de la silla y dio grandes zancadas hacia donde yo me encontraba, situándose frente a mi. De acuerdo, me sentía un tanto pequeña (literalmente) pero no me dejé intimidar y le hice frente, mirándolo de manera fría.

- Me pregunto -volvió a hablar- Por cuánto tiempo mantendrás esa seguridad que muestras. En el fondo eres débil.

- Y tú con tu imagen de 'nada me derrota' -respondí.

Se marchó luego de unos segundos y continué con la cena, una extraña sensación me recorrió la piel luego de ese 'enfrentamiento', y aunque traté de ignorarlo no logré hacerlo.


((*****))


Eran las siete cuarenta y cinco, la ciudad estaba recibiendo los primeros copos de nieve de la temporada invernal, observar un paisaje semi pintado de blanco era algo fenomenal; me agradaba la nieve desde niña y siempre había deseado disfrutarla con libertad.

Me encontraba en mi habitación preparándome para la cena de esa noche. El Consejo lanzaba esta fiesta donde toda la sociedad se juntaba, tanto en navidad como en año nuevo, y nuevamente debía "fingir"ser alguien educada.

Había elegido un vestido en tonalidades grisáceas para resaltar un poco mis facciones, era de un largo apropiado para alguien de mi edad y, por ende, para la ocasión. Mi cabello lucía un planchado perfecto que tomó alrededor de una hora (odiaba desperdiciar mi tiempo así), unos aretes discretos del mismo color, unos tacones del mismo color, y el toque final: mi collar con esa gema roja.

Tomé asiento sobre la cama procurando que el vestido no sufriera posibles arrugas y observé por un momento la pantalla de mi celular; Alma me había enviado un mensaje minutos atrás el cual respondí casi de inmediato, me alegraba que estuviese continuando su vida después de Evan... Se lo merecía.

Un par de golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos y observé como ésta se abrió lentamente, enderecé mi espalda.

- ¿Estás lista, pequeña? -preguntó de manera amable la voz de Margareth. Asentí.

- Si señora.

- Deberías bajar, el señor te está esperando.

- En un momento estaré ahí. -la mujer cerró la puerta y quedé sola nuevamente, tomé un respiro- Bien, hagamos esto de una vez...

Tomé el pequeño bolso que había utilizado la primera vez que asistí a uno de esos eventos y salí de la habitación, miré como el pasillo estaba decorado de una manera elegante pero que lucía precioso. Observé a algunos ya reunidos en la planta baja y una mirada captó la mía.

Bueno, dos.

Inicié a bajar las escaleras con cuidado mientras miré a los dos sujetos que me miraban con atención: Damián con su típica arrogancia a la cual estaba ya acostumbrada; y Jason... con odio, pero también con... ¿Respeto? Imposible. Ese sujeto no tenía ni el más mínimo respeto por nadie. Al bajar el último escalón, el acosador estiró su mano.

- Vaya cariño, esta vez pusiste mucho esfuerzo para tu ropa -dijo con burla.

- Y tú te ves... regular.

- "Soy lo más sexy que has visto en tu vida..." -me respondió telepáticamente- "Además: no te parecí "regular" cuando te entregaste a mi".

- "Cierra la boca"  -espeté de la misma manera, bajando la mirada para luego ver esa sonrisa arrogante.

- Luces hermosa, Nicole -escuché decir a Mark, dirigí mi vista hacia él: traje negro, camisa negra y corbata roja. Imponiendo elegancia- Veo que estás aprendiendo a vestir adecuadamente para los eventos.

- Debo hacerlo, ¿no es así? -dije- Fingir ser 'una más del círculo'.

- Pronto no será fingir nada de eso -me aseguró de manera tranquila- Viendo que ya están todos aquí, es hora de irnos.

Todo mundo salimos de la mansión para abordar las camionetas que se encontraban situadas en el estacionamiento; por razones que se han vuelto costumbre, en la principal íbamos cinco personas: Mark, la señora Margareth, Damián, Jason y yo. Iba justo en medio de los adultos con lo cual de cierta manera me sentía "segura", y me dio oportunidad de conversar con esa buena mujer que ha sido mi guía desde el instante que llegué con aquel hombre.

Detrás de nosotros iban aquellos dos quienes se mostraban indiferentes de entablar cualquier conversación en ese momento, miré de reojo a Damián... últimamente se observaba pensativo.

- "¿Nerviosa?" -lo escuché preguntar- "Recuerda que esta noche, también soy tu guardián."

- "Lo se..." -respondí- "Pero eres un chico como cualquier otro, fácilmente puedes mirar a otras chicas de la sociedad."

- "Tal vez no lo has comprendido del todo, cariño, que únicamente me interesa mi víctima" -aquella voz, aunque sea escuchada en mi mente, me hizo sentir un escalofrío en todo el cuerpo- "No te quitaré los ojos de encima."

- "Tranquilos, mis queridos jóvenes" -dijo una nueva voz, Mark- "Espero un bien comportamiento por parte de los tres."

- "Pierde cuidado, viejo, no sucederá nada siempre y cuando él no me provoque."

- "Justamente ese es el problema, linda; me has provocado desde el primer día."

Luego de veinte minutos, llegamos al lugar donde sería dicho evento, el mismo lugar en el que había sido aquella reunión meses atrás; el vehículo se detuvo frente a la entrada. Mark fue el primero en bajar, ayudó a la señora Margareth a hacer lo mismo para luego ayudarme a mi.

Miré aquel enorme lugar, como sí hubiesen pasado años desde la última vez, y de nuevo aquel extraño presentimiento que lo conocía... mucho antes de la primera vez que estuve aquí al "mudarme" a Madrid. Era extraño, pero no me quedaría a pensar sobre eso e ignoré dichos cuestionamientos. Aquel hombre nos miro a los adolescentes.

- Espero un buen comportamiento de su parte, jóvenes, y señorita.

- No habrá queja de nuestra parte, señor -le aseguré, dirigiéndome a él con respeto.

- Confiaré en que así será, señorita Nicole.

Los adultos tomaron camino hacia las escaleras, al tiempo que los guardianes situados en estas hacían una reverencia ante él; sentí unas manos posadas sobre mi cintura, algo que me sobresaltó.

- ¿Le parece sí entramos, señorita? -cuestionó Rosell. Sentía la mirada de Jason sobre nosotros antes de caminar hacia adentro.

- Entremos...

Broken © (2da parte de Stalker Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora