Capítulo 24

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Regresamos hacia la mansión cuando Fermín me indicó que Mark iba a dar un anuncio, entramos en silencio sin ser tan obvias en lo que acabamos de hablar; en fin. Nos recordó sobre la reunión que habría dentro de un mes y medio, estaba segura que se trataba de una cena anual a la cual no he asistido aun; por lo que la pelirroja me contó, toda la sociedad estaría presente en una residencia de suma importancia, en donde se reúne el Consejo. Mierda... tarde o temprano sucedería.

Cerca de las diez veinte, los Caballero se despidieron. Nora me abrazó como despedida, prometiendo que iría con ella a su casa el domingo a lo cual accedí, se acercó a Jason despidiéndose de la misma manera... y darle un beso en la mejilla. Mi hermano quedó tenso ante tal acción, mi amiga sonrió antes de salir y leer en sus labios la frase "lo voy a lograr" ... Oh, Nora... realmente esperaba que así fuera.

Me despedí de los tres sujetos antes de ir a mi habitación, estaba exhausta por los entrenamientos y la cena y solo deseaba descansar; alejé los tacones de mis pies y me senté en la cama sin esperar nada más de esa noche. Un par de golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.

— Adelante –la puerta se abrió y observé a la señora Margareth entrar con esa sonrisa amable.

— Vine a ver si no necesitas algo más, mi pequeña –dijo. Negué.

— Por ahora no, solo descansar –respondí-. Gracias de todos modos.

— ¿Todo estuvo bien en la cena?

— Si. Los señores Caballero son personas increíbles –dije-. Y por lo que me percaté, llevan mucho tiempo en conocer a Mark.

— Así es, mi niña. Son amigos cercanos del señor –recogió la ropa sucia que había dejado en el baño-. Veo que la señorita Nora y tú se llevan muy bien.

— Ella está en los entrenamientos con nosotros, y es increíble; debería de observarla.

— Me da gusto que su amistad sea buena –dijo amable.

— Lo es.... –dije, sin dejar de pensar en eso-. Son buenas personas.

— Buenas noches, pequeña –se acercó a mí y me dio un ligero abrazo el cual respondí de la misma manera.

— Buenas noches, señora Margareth. Nos vemos en la mañana.

Salió de la recámara dejando la puerta abierta, probablemente porque Damián estaba en el pasillo y entraría en cualquier momento; miré el móvil con un mensaje de Gerard: "Pase una buena noche, señorita Nicole. Mi bello ángel humano". Cerré el móvil de manera inmediata dejándolo en la mesita, sin estar segura del todo sobre las palabras utilizadas en aquel mensaje. ¿Será qué...? No. Eso técnicamente imposible. Gerard no puede estar enamorado de alguien como yo.

Escuché la puerta cerrarse y a Damián acercarse a mí de manera serena; aquellos ojos rojos me miraban con atención al tiempo que se puso a la altura de mis ojos, un escalofrío me recorrió el cuerpo sin poder leer su siguiente movimiento... su mano derecha tocó mi mejilla de manera delicada sin decir palabra alguna. Si iba a hacer algo me gustaría que lo hiciera de una vez. Se alejó de mí y apagó el interruptor para así quedar en completa oscuridad sin poder verle del todo, hasta que sentí como su brazo me tomó por la cintura y pegó mi espalda contra su pecho... mi respiración se agitó un poco, pero traté de toda manera posible parecer tranquila.

— No tengas miedo.... –susurró, su mano subió hasta el cierre de mi vestido y lentamente lo bajó, y aun cuando quisiera apartarme no podría hacerlo por su brazo rodeándome.

— No es miedo.... –murmuré, movió su mano hacia mi cabello y retiró el que ocultaba mi garganta y sentí su aliento en el-. Nervios.

— Lo hemos hecho tres veces, Nikki, no sé por qué aun tienes miedo –apartó su brazo y sentí como el vestido cedió, cayendo a mis pies-. También lo deseas.

Broken © (2da parte de Stalker Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora