Pasé gran parte del día en el despacho de Mark, a prendiendo de memoria a cada integrante de esa sociedad, también era probable que viniesen algunos miembros del extranjero así que estudié un poco de aquellas familias. Luego de medio día le seguí hacia el comedor en donde debía aprender los modales de la mesa, cómo sostener los cubiertos, con qué mano, cuál era el primero en utilizar, etcétera; necesitaba memorizar todo si quería "sobrevivir" en esa cena sin problema.
Margareth estuvo ahí cerca, lo cual me dio confianza y tranquilidad ante la situación, lo cual agradecí. Debía admitir que mis posturas y modales en la mesa habían cambiado bastante desde que esos sujetos se cruzaron en mi vida, y sin querer, me acostumbré a sus maneras de que hacían las cosas en esta sociedad. La mirada de aquel hombre no se apartaba de mí, haciendo anotaciones y sugerencias sobre cada movimiento que realizaba sin dejar de hacer una ligera explicación de cada miembro de la realeza, sin dejar de pensar en lo que había descubierto el otro día en el centro comercial... el secreto de Alma aun me dolía como no tienen idea, y sinceramente no me era sencillo dejar pasar aquello y no quería mirarla por ahora.
Estuve en una 'clase de maquillaje' con Sonia y la ama de llaves, algo que no terminaba de convencerme del todo, pero no tenía opción. La chica se hizo cargo de los tonos y sombras que eran de acuerdo a la ocasión, ella sabía lo mucho que me costaba ese asunto, me sentía aliviada de tener asesoría... por otro lado, la señora Margareth me dio consejos sobre cómo vestir para la ocasión, por lo que logré entender debía ser un vestido que cubriera un poco debajo de las rodillas pues debía ser un tanto presentable debido a la presencia de los miembros del consejo.
— No sabía que esto era tan cansado –dije luego de media hora.
— El señor Mark quiere que todo se te facilite –me dijo Sonia mientras aplicaba el polvo en mi rostro por sexta vez.
— Estoy nerviosa –admití-. Seré la única humana entre ellos.
— No te sucederá nada, mi niña –dijo amable aquella mujer, la miré-. Has demostrado demasiado en el tiempo que llevas en esta casa; estoy segura que todo saldrá bien en la reunión.
— Eso espero, señora –suspiré, pensé un poco en lo que iba a preguntar-. ¿Cómo lo hacía la señora Amelia? ¿Cómo sobrellevaba esto las primeras veces?
La mujer se sentí en mi cama mientras su mirada parecía perdida en los recuerdos.
— Sabía que costaría un tiempo para que el resto la aceptara –comenzó a decir-. Jamás agachó la mirada a ninguno de ellos incluso si se hablaba a sus espaldas; ella procuró siempre mostrar el respeto que ella daba hacía con otros, jamás se dejó humillar ante la crítica social. Su primera reunión de sociedad mostró elegancia, buenos modales, y una paz que transmitió al señor... -cerró los ojos por un momento, dejando que aquellos momentos regresaron a su mente a su mente antes de continuar-. Sus vestidos eran sencillos, su color favorito era la lavanda. Al paso de cada reunión o cena jugaba con los colores para presentarse... me encargaba de ayudarle en ellos, al igual con sus peinados.
— La señora Margareth trata de decir que, con tu manera de ser, con tu manera de involucrarte, ya has ganado terreno en su círculo; esta es la prueba máxima para demostrar lo que has aprendido –finalizó Sonia.
— No dejes de ser tú misma, Nicole –habló Margareth-. Eso es lo que te hace única entre ellos. Tal y como lo fue la señora Amelia.
Los ojos de Margareth se volvieron brillosos ante aquellos recuerdos, y no tardé demasiado en descubrir lo cercanas que se habían vuelto en aquel tiempo: se comprendían. Ahora, me encontraba en el mismo sitio que esa mujer, y necesitaba estar a la altura de todos ellos... simplemente debía hacerlo. Sin perder mi esencia.
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Broken © (2da parte de Stalker Love)
VampireAsegúrense de leer la primera parte de esta historia, «Stalker Love». No. Eso debía ser una equivocación... - Mark.... -aquel pensamiento se inició a hacer presente. - Madeleine y Sebastian Montenegro. -y entonces todo cobró sentido: las imágenes, l...