Capítulo 51

3 0 0
                                    

Aquella madrugada dormí a lado de Damián, debido a que a la hora y a lo sucedido salí de la habitación poco antes de las diez de la mañana. Rosell ya se encontraba preparado cuando desperté y me ayudó a asearme (ustedes comprenden); luego de la ducha escogí una blusa color salmón junto con mis jeans y mis botines negros, mi cabello suelto únicamente sujeto por un par de broches.

Al salir de la recámara caminé por el pasillo bajo la mirada de algunos empleados quienes hicieron una reverencia, asentí en su dirección como un pequeño saludo y me dispuse a bajar las escaleras de manera tranquila... había un aire muy distinto esta mañana, como si fuese algo nuevo. Lo era.
Entré al comedor en donde se encontraban el señor Ernesto y la señora Margareth acompañando a Mark quien levantó la vista al observarme llegar.

— Oh, buenos días Nicole; espero hayas dormido bien. –dijo el hombre con una ligera sonrisa.

— Eso creo. –dije, pasando una mano por mi cabello.

— Me alegra verla bien, señorita. –habló Ernesto.

— Gracias, señor Ernesto.

— ¿Nos permites darte un abrazo, pequeña? –me preguntó Margareth.

— Nada me haría más feliz. –dije soltando una ligera sonrisa acercándome a ellos, abrazándoles a ambos.

— Es una alegría verte mejor, mi niña. –dijo la mujer.

— Quizá era lo que necesitaba.... –susurré.

Luego de unos instantes me separé de ellos, la expresión de Mark era algo tierna, cosa que jamás había visto... ese hombre me seguía sorprendiendo con su muestra de emociones.

— A todo el personal de la mansión le alegra que hayas salido bien de aquel episodio. –dijo el ojiazul-. Eres muy fuerte.

— No todo es cosa mía, viejo, tuve ayuda del otro lado.... –hablé, sonreí-. Es a ellos a quienes les agradezco también por indicarme lo que necesitaba hacer.

Una de las empleadas de cocina trajo un plato con algo de fruta y un vaso de jugo antes de retirarse; no fue hasta ese momento cuando me percaté de lo hambrienta que estaba. Era mi primera comida luego de casi diecisiete horas, era evidente que tuviese apetito, y Mark lo sabía.

Luego del desayuno me citó en su oficina dentro de diez minutos, así que fui a lavar mis dientes y a enviar un mensaje a Nora para quedar con ella luego del juicio; metí el móvil en mi bolsillo para salir de la recámara nuevamente. Coral, Carolina y Sophia estaban en el pasillo a quienes saludé, ellas se abalanzaron sobre mí al verme ahí, de pie. Viva. Tendría tiempo para estar con ellas, con mis amigas después de la experiencia por la que he pasado.

Bajé de nuevo las escaleras para ir a la oficina de Mark en donde los guardaespaldas hicieron una reverencia y me anunciaron.

— Adelante. –escuché desde adentro, caminé al interior y la puerta se cerró tras de mí; observé a una persona en el otro asiento.

— Dichosos los ojos que te vuelven a ver, querida. –dijo, al tiempo que se puso de pie.

— Por primera vez pensamos lo mismo. –dije mientras caminé hacia él, abrazándolo-. Me da gusto verte, Axel... lo digo de verdad.

— Al contrario, Nikki, me alegra verte hoy, fuerte.... –dijo el ojiverde, su tono era sincero.

— Ayudaste para que continuara en este lugar. –le dije, recordando la charla que tuvimos semanas atrás-. Desde el primer momento ayudaste a tu modo para descubrir mi origen.

— Es lo mínimo que podía hacer por ti, niña; necesitabas recuperar lo que era tuyo.

— El joven Axel fue gran ayuda en tu rescate. –dice Mark, mirando a nuestra dirección-. Al igual con la investigación posterior contra el joven Luján.

Broken © (2da parte de Stalker Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora