CAPÍTULO 38

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CAPÍTULO 38

Al minuto siguiente de que se venció el plazo, comenzaron las llamadas para recordarle su adeudo. Al tercer día de atraso, las llamadas ocurrían a cualquier hora y Adriana se vio obligada mantener el celular apagado pese a que esperaba ansiosa la llamada de algún cliente.

Al acoso bancario se sumó la neurotizante pregunta de su mamá: ¿Adriana, ya pagaste la tarjeta? Los regaños duraban ¡horas! Le urgía conseguir dinero.   



CONTINUARÁ...

LA AUTOPSIA DEL ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora