CAPÍTULO 48

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CAPÍTULO 48

─¿Isidro? ─preguntó desde un teléfono público.

─¡¿Miriam?! Te dije que no llamaras. ¿Por qué me buscas?

─Te hablo porque quiero estar segura de que ya no hay nada entre nosotros.

Ante el silencio grosero de su ex, tuvo que mejorar la carnada. ─Mira, Isidro ¿qué te parece si te invito a comer, después compramos una botella y nos encerramos en un hotel, para platicar?


En mitad del silencio de la madrugada, el insistente tintineo que Miriam provocaba con sus llaves despertó a Élida.

Jorge también salió de la cama. La anciana iba a gritar ¡¿Ya viste qué horas son?! pero en vez de eso exclamó:

─¡Virgen santísima! ¡¿Qué te pasó?! 



-CONTINUARÁ...

LA AUTOPSIA DEL ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora