LA AUTOPSIA DEL ÁNGEL

CAPÍTULO 25

CAPÍTULO 25

Abajo, el Comebachas estaba terminando de entregar los celulares.

─¡Se la jalan sabroso! ─con esta elegancia, se despidió de los últimos.

Blú llegó hasta él y de un rodillazo lo dobló para arrebatarle la mochila.

─¡Dame el dinero, pendejo, y mi cel!

─¡Tranquila, carajo, si no me estoy yendo! ─contestó su amigo. La chica rebuscó en la mochila. Lo primero que sacó fue su teléfono. Yes, ahí estaba el video. Se lo guardó entre las tetas y luego revolvió los billetes.

─¡Está mamalón! ¿Cuánto se juntó?

─¡No sé, wey, no lo he contado!

─Lo primero que tenemos que hacer es largarnos de aquí ─sugirió Jorge.

─Yo tengo que dar una exposición. Chao... Espera ¿dónde van a estar? ─preguntó Ninfa.

─En la biblioteca─ dijo Blú.

Mintió. Para despistar al enemigo se escondieron en el estacionamiento de maestros, al fondo, donde están las llantas viejas y la camioneta abandonada. Los hombres se echaron sobre la hierba.

─¡Pinche Bachas, no nos vaya a salir un alacrán! ─dijo Blú.

─¡Igual y te reconoce! ¡Mami, mami, ya regresaste! 

─Chingas a tu madre ─dijo Blú dando por cerrado el duelo, pero permaneció de pie.

Pasó un rato. Jorge se quedó dormido.

Aceptando el escondite, la porrista se sentó sobre una llanta.

─¡No me estés viendo los calzones! ─ susurró Blú mientras despacio le habría las piernas.

─No mames ─deletreó en silencio el Comebachas .

Blú abrió al máximo, excitada con la situación. Se comenzó a tocar encima de su calzoncito rojo de algodón. Jorge, dormía.

─¡Me quedé muy caliente! ─dijo Blú.

─Yo también.

─¿Quieres cogerme? preguntó ella.

─¡Sí! ─afirmó él con la cabeza.

Blú movió las manos: Al rato.

Jorge dormía.

─Oye, Blú ¿qué hacemos con el video?

─Lo que dijimos: lo vamos a subir... ─y se quedó viendo el cielo, tan azul en ese momento.

─¿En qué piensas?

─En el porno... ¿por qué antes el porno estaba casi prohibido y ahora es gratuito para todo el mundo? ¿Te lo has preguntado?

─Claro que me lo he preguntado. He investigado... Mira, Blú ─ contestó el Comebachas ─ellos, hacen miles de millones con el porno sin adquirir verrugas genitales, porque gracias a la monetización, la gente se produce sola invirtiendo su propio dinero... ¿Y todo este gran esfuerzo de mercadotecnia para qué? Pues te lo voy a decir para que veas cuán profundo el hoyo del conejo 😉... Te lo voy a explicar así: los dueños del mundo nos quieren divididos, nos quieren desinformados, nos quieren vigilados, nos quieren endeudados, nos quieren cornudos, nos quieren sumisos, nos quieren pobres, nos quieren frustrados, nos quieren deprimidos...

─¡Nos quieren religiosos!─ dijo Blú, clavándose en el tema.

─Exacto, nos quieren religiosos... pero también nos quieren gordos, nos quieren hipertensos, nos quieren estresados, nos quieren drogados, nos quieren alcoholizados porque nos n-e-c-e-s-i-t-a-n enfermos para que muramos de un infarto, o de cáncer de hígado o de pulmón, recién acabe nuestra vida productiva... Y también nos quieren enganchados al porno... Por eso es gratis. Si tú analizas su contenido y puta mercadotecnia, te darás cuenta de que todo está diseñado para que sea adictivo y nunca puedas salir de ahí. It's a trap!

Blú se quedó callada. Su amigo continuó.

─¿Sabías que un niño que ve pornografía es un niño violado?

Blú movió la mirada hacia su lado izquierdo, pero el Comebachas no lo notó, así que no se detuvo.

─Leí que esta es la generación violada por el porno. Y nosotros estamos colaborando con eso.

Blú se quedó callada. ¿A hora le tocaba ser victimaria? De vez en cuando, su amigo tenía este tipo de destellos filosóficos con netas bien densas. Era molesto que él pudiera ver tan adentro de la gente.

─Si lo analizas ─continuó filosofando su amigo ─el porno nos está abriendo la mente para normalizar la orgía, el rollo swinger y todo eso...Si te fijas, hay toneladas de sexo grupal sin protección. ¡Justo ahora, que se ha descubierto un nuevo tipo de SIDA que te mata en menos tiempo!

─Nos quieren sidosos ─reflexionó Blú.

─Y todo para hacerse más ricos... ¿Ves cómo la Matrix sí existe? Piensa en esto antes de dormir...

─¿Debemos renunciar, Bachitas?

─¡¿Qué?! ¿Y quedarnos fuera de este super negocio? ¡Para nada! El porno es el futuro... ¡¿Y no lo vamos a desperdiciar, verdad?! ─concluyó el adolescente viendo los muslos adorables de su ex.

─¡Ay, me da miedo hablar contigo, Esteban! ¿Por qué nunca dices algo bonito?

Se hizo un largo silencio. Jorge dormía.

─¡Saca el toque, cabrón! ─exigió la mujer con genes del 1er mundo.

─¡No traje, soy bien pendejo! Pero mira... De mí, solo quedan cenizas ─dijo ofreciéndole la famosa latita pestilente.

─¡Chingas a tu madre!

─No puedo ¡me abandonó de niño, ja-ja-ja!

─¡Te regalo la mía!

Jorge, dormía.

─¿Contamos el dinero?

─Al rato. Mira quién viene.

Ninfa. 

CONTINUARÁ...