-ÉL-
CAPÍTULO 58
Tuvo un sueño de lo más extraño. Rarísimo, de esos que tienes solo una vez en la vida. Ella se vio en un jardín hermoso; como los que aparecen en las revistas cristianas. Se miró la ropa sin entender porqué estaba bañada en sangre, y sin embargo... no se sentía mal. Para nada.
Iba de lo más tranquila, fascinada por la variedad botánica y la aromática humedad. Era obvia la presencia de una mano maestra en la creación de ese jardín.
Poco a poco, el camino fue ascendiendo hasta convertirse en una cuesta pesada.
A lo lejos, sentado en una banca, ves que está Él, vestido con una túnica blanca y sencilla. Con paciencia paternal, te espera. Él te puede esperar todo el tiempo que tú quieras porque tiene todo el tiempo del infinito. La que no tienes tiempo eres tú porque te estás muriendo.
Llegas hasta Él y mirándote con dulzura te invita a que te sientes a su lado. Obedeces confiada. Quedan en silencio. Él, contempla la belleza del paraíso, no tiene prisa.
─¿Estoy muerta?
─No, hijita, al contrario, acabas de nacer. Bienvenida, Miriam, aquí serás feliz de ahora en adelante.
─¡¿Estoy muerta?¡
─Estás... a la mitad del camino. Aquí es donde todos ustedes me encuentran para que podamos tener esta charla.
─¡Pero yo soy atea!
─No, no eres atea, supiste de mí y supiste que era yo, pero decidiste cerrar los ojos. No es fácil, lo entiendo, son muchas las tentaciones, pero al final, todo se trata de lo mismo: los viejos placeres mundanos. Ha sido la misma trampa todos estos siglos.
─¡No, no, no, tú no existes! Ni madres. Es una alucinación... ¿Cómo es que puedes tener esta charla conmigo, si mucha gente muere al mismo tiempo?
─¿Y por qué no? Soy infinito y mi divinidad me permite estar para ti, todo el tiempo que tú me necesites.
─¿Y p... p... para qué estoy aquí?
─Para que entiendas.
─¡¿Para que entienda qué, maldita sea?! ¿Por qué me quitaste todo?
─Bueno, no lo hice yo ¿cierto? Hijita, yo traté de advertirte muchas veces. Te hablé dentro de tu cabeza ¿qué más querías que hiciera?
─¿Y por qué me dejaste hacer tantas estupideces?
─Te lo advertí cada vez, pero hiciste tu voluntad. Ya, no te castigues, para mí, ya pasó. De este punto en adelante, no existe la vejez, la enfermedad o la muerte.
─¡¿Y por qué no me hiciste nacer aquí directamente?!
─Porque no todas las almas son perfectas y debo probarlas porque no quiero que traigan sufrimiento a mis amigos. Son gente empática, tú sabes, por aquí no queremos lobos disfrazados de ovejas.
─¿Y soy digna?
─Tú dime.
La mujer comenzó a llorar. Lloró mucho. Él, la espero.
─Dime ¿por qué lloras?
─Porque he sido mala. Le hice mucho daño a las personas que debí amar.
─No te preocupes, todos fallan la primera vez; algunos fallan siete veces seguidas antes de entender.
─¡¿Pero entender qué?!
─Que todo el dolor que pasan se lo provocan ustedes mismos.
─Pensé que iría al infierno.
─No, de allá vienes, yo te salvé y con los brazos abiertos te doy la bienvenida. Explora el lugar, es muy bonito. Si tus recuerdos te traen dolor, piensa en mí, vendré a abrazarte.
Se puso de pie y le dijo sonriente: Vendrán dos señoritas a lavar tu cuerpo y darte ropa limpia, para que estés cómoda. Debo decirte que toda nuestra ropa es blanca; perdón, es que no usamos colorantes, ya sabes, hay que cuidar la ecología.
─No, no, espera, no te vayas.
─Dime.
─Es que... No se... ¡Creo que no quiero morir!
─¿Cómo dices?
─¡No! ¡Regrésame, no quiero morir!
─Miriam, aquí vas a ser muy feliz.
─¡Regrésame, por favor, te lo suplico!
─Mi pequeña hija ¿para qué quieres regresar a ese muladar?
─Dijiste que estaba a la mitad del camino ¿no? Déjame regresar, quiero arreglar las cosas con mi hijo.
─En fin... Si quieres, puedo darte un tiempo más, pero te advierto: será limitado porque le hiciste mucho daño a tu cuerpo.
CONTINUARÁ...
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LA AUTOPSIA DEL ÁNGEL
Teen FictionGénero: novela pop. Tenía ganas de ti y para capturarte lo único que tuve que hacer fue mirarte a los ojos. Te comiste mi anzuelo, a pesar de que te dije que no te enamoraras de mí porque soy muy peligrosa. Recordarás este momento el resto de tu vi...