CAPITULO VI : REGLAS, SON REGLAS

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El estremecedor ruido de las campanas, habían espantado a las aves que anteriormente reposaban entre los árboles, después de haber dado de alimentar a los polluelos que  aun dependían de sus padres. mientras corria con agilidad y destreza cierto rubio escondiendose de una fastidiosa dama, que cuando lo vió por primera vez,  se propuso a conquitarlo, sin saber que el corazón su admirable hombre  ya tenía dueña. lo buscaba para comprometerlo a ser su pareja de baile del festival de mayo del real colegio san pablo, pero su búsqueda fué un fracaso, y decidió regresar a los pasillo del colegio creyendo que quizás había confundido al jóven con otro de los estudiantes del prestigiosos colegio.

Asomándose un joven entre las ramas de los árboles, decidió verificar si la jóven se había retirado, soltado un suspiro de alivio, al verla regresar al colegio. - (Que chica tan fastidiosa, hasta cuando entenderá que no quiero nada con ella, a pesar que se lo dije con total claridad que mi corazon ya tiene dueña, ella insiste que con el  tiempo pronto la olvidaré, como si fuera facil olvidar esos ojos de esmeraldas tan reluciente de brillo y felicidad) pensaba el rubio.

La había conocido en la biblioteca, ella había ingresado un año después de él, y como aun no conocía el orden de los libro, no encontraba el libro de álgebra que necesitaba, y él como todo caballero bien educado, decidió ofrecer su ayuda, empezando una amistad que sin saber poco a poco se estaba dando un rumor de noviazgo, cuando se dió cuenta de la falta de veracidad que se rumoreaba en el colegio, fué en busca de ella para aclarar que solo había una sincera amistad. La jovén no quizo escuchar razones se tiró al suelo y empezó a llorar escandalosamente para llamar la atención de sus compañeros y quedar al jóven como el malo de la historia. fué allí que se dió cuenta de la calamidad de mujer que era ella y decidió romper todo lazo de amistad dejándola tirada en el suelo como niña haciendo berrinches en el suelo sin importar siquiera como lo veian los demás, no podia creer el comportamiento de la jóven.

- ¡¡¡JHONSON!!! se que estas allí.

El grito repentino lo asustó, creyó que ella había regresado, pero curiosamente era una voz masculina, asi que se volvió a asomar y se encontró con otro de sus dolores de cabeza.

- Aquí estoy- se bajó del árbol para saber el motivo de su presencia.

- Mi "estimada hermana" te está buscando - se acercó y en un susurró le dijo - entró a tu habitación ten cuidado.- le advirtió.

- Douglas, no sabes lo agradecido que estoy por ese aviso, se que es tu hermana...pero esto, lo sabrá la madre superiora, no quiero tener malos entendidos con ella.- fué la respuesta del rubio.

- Por que crees que vine de inmediato, y no te preocupes que esa no es mi hermana, no se porque padre la reconoció como tal, hasta yo me siento avergonzado de ella.- expreso el jóven.

- bien, entonces a buscar a la directora. -

Asi ambos jóvenes fueron donde la  directora, pero habian visitas en la oficina, al no poder dar el aviso, salió en busca de una de las monjas que se encontraba por el camino y dió el aviso. La hermana margaret al escuchar tal denuncia, decidió ir y comprobar si era verdad, y tal como lo dijeron se la encontró en la cama rompiendo unas cartas que habia encontrado.

- ¡¡¡PERO QUE SIGNIFICA ESTO!!!- exclamó la hermana.

la jóven se voltió asustada con lagrimas en su rostro, habia estado buscando a su amor platónico para exigirle que sea su pareja de baile y al no encontrarlo por ninguna parte, creyó que estaria en su habitación y una idea se le cruzó en su retorcida cabeza, ir a su habitación, hacer un escandalo y comprometerlo a ser su esposo, pero al entrar no lo encontró, estaba por salir, pero alcanzó a ver un sobre de carta encima de la cama, y sin dudar decidió leerlo sorprendiendose del afecto que ella le dedicaba a su amado rubio, y loca de la ira, empezó a buscar en el escritorio las demás cartas encontrandose con muchas de ella, cada carta que leia, era hecho pedazo y sin remordimiento.

UN DESTINO DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora