La mansión era un caos, la dueña habían encontrado a una joven rubia de largo cabello ondeado, en medio de un desastre, el salón de visitas, se encontraba totalmente llena de lodo, por culpa de un mínimo que corría de un lado a otro lleno de lodo, mientras que la nueva mucama trataba de atrapar al condenado gato, pero el animal corrían tan rápido, qué la podré mujer no podía alcanzarlo. Pero ella sabía muy bien quienes eran los culpables de que él gato estubiera tan sucio y ensuciando el salón.
- ¡¡¡QUE SIGNIFICA ESTO!!!- Exclamó la dueña.
La mucama se había quedado quieta en el acto, la dueña la había encontrado en semejante desastre, temía perder su trabajo, había dejado un orfanato de Chicago y había llegado allí, para ser la compañera de juegos de una niña muy caprichosa, pero terminó siendo sirvienta, había escuchado por medio de los trabajadores de la masion, que habían ido a buscar a una niña más acordé a la edad de los hijos de los dueños, pero el orfanato donde fueron a buscarla no permitieron su salida, ellos fueron más estrictos que sus cuidadores que solo querían que ella se fuera por qué ella estaba en una edad lo suficientemente grande para salir adelante, claro con 17 años ella tenía que buscarse la vida sola. Las mujeres del orfanato olvidaron que ella había decidido quedarse, a ayudar trabajando en el orfanato, pero las muy interesadas solo recibieron una pequeña "compensación" y la mandaron como mercancía, por temor que el dueño del orfanato las despidiera a una de ellas que tenían años trabajando, por culpa de la chiquilla que decidió quedarse, ya que ella demostraba más empeño y cuidado en los niños que todos la querían a ella.
- Sra Legan déjeme explicarle.- pero fué interrumpida.
- no te traje para que me hagas desastre, llegaste aquí para ser compañera de juegos de mi hijos, pero ni siquiera sirves para eso. - grito la Sr Leagan- eres una incompetente.
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La joven mucama trató de volver a hablar, pero calló, cuando la furiosa mujer le dijo - no te quedes parada allí... Ponte a trabajar- y salió del salón, tan rápido como entró.
- ¡¡Haayy!!!- exclamaba la joven mucama.- tengo que empezar otra vez, no sé cómo pueden existir niños tan terribles como los jóvenes Legan.
Y sin mas decidió empezar con su trabajo, sin darse cuenta que estaba siendo vigilada por los herederos de la familia.
- ¡¡¡eso es todo!!! crei que esta vez mamá, la hecharia de casa. - chilló una niña pelirroja.
- te dije que hoy no era buen día para el plan... mamá no se levantó de buen animo, con ese dolor de cabeza. - respondió en moreno.
- con mayor razón ese sería el ánimo para que la corriera. - se quejó.
- al contrario no tiene ganas ni de atender a la servidumbre, ya mandó por el viejo Dr. del pueblo.
- ¡¡¡Aarrggg!!! ya se me ocurrirá otra idea, pero esa huérfana, se vá por que se vá.
En el pueblo se encontraba el joven Dr. ayudando a su "padre" con las visitas medicas del día, temprano en la mañana había dejado a su pequeña bajo el cuidado de su "abuela" y un profesor que había contratado para los estudios de su niña, pero ya pronto terminaban sus deberes y él tenía que ir por ella para traerla consigo a la pequeña clínica improvisada que padre habia puesto en el pueblo.
