UN DESTINO DIFERENTE

CAPITULO X: UNA TUTORA

La brisa fría de la ciudad de Nueva York, mantenía a la pequeña Candy, refugiada en el carruaje que su padre había alquilado, unos días atrás habían ido a despedirse de sus madres del hogar, se despidió de sus hermanos y por último de su pequeño mapache albino, Clín, prometiendole que convencería a su padre de traerlo con ella en cuando regresará del viaje, el pobre mapache no había logrado la aprobación del médico, debido a que el la zona donde vivían, había presencia de zorros y no quería ver triste a su hija por lo que le podría pasar a su mascota, desde entonces cada que iba al hogar jugaba con su mapache y le encargaba a sus hermanitos que cuidaran de él. De pronto la puerta del carruaje se abre asustado a la niña, pero solo era su padre que venía por ella.

- ya tengo los pasajes, busquemos un hotel, mañana será nuestra partida - explicó el médico, mientras subía al carruaje.

La recepción estaba abarrotado de huéspedes, muchos habían llegado ese mismo día, con destinos diferentes, entre los que se retiraban estaba la matriarca de los Ardley, que se disponía a salir del hotel, no había querido ir a la mansión que tenían en la ciudad, su regreso de Inglaterra, solo era para preparar la mansión de Lakewood para la llegada de los más jóvenes de la familia, se merecían unas buenas vacaciones, después de haber demostrado un buen desempeño académico, dejando a su sobrino directo en el internado.
Estaba bajando de unos cuantos peldaños de la escalera, cuando un imprudente hombre choca de manera brusca con ella, y sin querer ayudarla siguió corriendo, al parecer tenía prisa, pero la dama había caído de bruces, mientras la gente solo trataba de contener la risa, por educación, cuando se disponía a trata de llamar a su chofer para que la ayudara, unas pequeñas manitos la estaban sosteniendo, aunque el esfuerzo no era suficiente, y luego unas manos más duras por fin la estaba ayudando a levantarse.

- ¡¡¡papá!!! ¡¡¡La Sra. Esta herida !!!- exclamaba una pequeña rubia.

- lo sé hija - y dirigiendo a la sra. - debemos entrar madam, estamos en medio del camino, no queremos otro accidente. - la dama mayor, solo asintió y siguiendo al caballero que la sostenía del brazo , entró nuevamente a la recepción.

- por favor caballero, podía cedernos su asiento para la dama, tubo un accidente. - era la solicitud de la niña que ya se había adelantado en busca de un lugar para la Sra. Mayor, pero todos estaban ocupado y educadamente solicitó uno al más joven de los presentes.

Todo lo que la niña hacía, era visto por la dama mayor, que se sentía a gusto por la nobleza de la niña, aún estaba aturdida, por el golpe, que poca importancia le daba al caballero que la sostenía, vió como el otro caballero desconocido amablemente había desocupado el asiento, y sin esperar era acomodada en ella. Fué en ese momento que pudo ver a su ayudante, que rebuscaba en su bolso negro de cuero unos anticéptico para curar los pequeños raspones que presentaba en cara y manos. La dama se había sorprendido de verlo, pues el jóven caballero presentaba un leve parecido con un viejo amigo, entonces decidió salir de su duda - muchas gracias, por sus ayuda, soy la matriarca Elroy Ardley, podría saber con quién tengo el placer de recibir tan abmirable ayuda??.

- ¡¡oh!! Claro madam- inclinandose le dió un casto beso al dorso de la mano de la dama mayor- Soy el Dr. David Castillo, a su servicios. - respondió y llamando a su pequeña que estaba inquieta le dijo - ella es mi hija. Preséntate mi niña.

- mucho gusto madam, soy Candy white castillo. - haciendo una reverencia ante la dama.

La identidad del caballero, no era lo que esperaba y para confirmarlo preguntó - es un placer conocerlo, de casualidad, tienen algún familiar en Escocia???? .

El jóven padre, presintió una alarma, y queriendo seguir ocultado su identidad, respondió - no madam, mi única familia está en Lakewood.

- ¡¡OH!! Que casualidad, justo viajo para Lakewood, ¿¿Están de regreso??. - preguntó, la mente de la dama quería recordar , dónde había escuchado el apellido.