UN DESTINO DIFERENTE

CAPITULO XXVI: VISITAS, PLAN Y UN TRATO

La llegada del visitantes, sorprendió a Candy, que no pudo contenerse de la emoción de volver a ver a su príncipe de la colina, corrió a abrazarse a él, llena de felicidad, mientras las chicas que acompañaban a Candy se habían sorprendido de ver al jóven, que había bajado de un auto negro, mientras también veían a otro hombre en el volante, esperando al jóven, quien era el extraño ?? Se preguntaban las futuras damas de compañía de Candy. El jóven solo se dedicaba a girar con Candy en brazos también feliz de verla, más hermosa de lo que recordaba.

- pequeña que gusto volver a verte.

- a mí también...espera...a esto te refería de sorpresa???

- ¿¿ Qué?? No te gustó???...

- que si me gustó?? Me encantó, no vez estoy feliz como una alondra...

- jajajaja...- ambos reían, olvidado que estaban acompañados de dos jovencitas que decidieron interrumpir el reencuentro.

- disculpe jóven, pero puede por favor mantener su distancia con la srta. Candy.- Alice había decidido actuar de inmediato, alejando a Candy del jóven, está bien que se estén saludando por el reencuentro, pero eso no eran modales aceptable en la sociedad.

- lo siento señorita, entiendo su proceder.

Candy estaba roja de la vergüenza antes las chicas, había actuado de forma atolondrada, pero qué podía hacer solo se dejó llevar por la emoción.

Dorothy que por fin había salido de su sorpresa, expresó - quien es usted, y que desea aquí, jóven ??

- o permítame presentarme, soy Albert Jhonson, un placer conocerlas, estoy de visita.

Las chicas no les quedó de otra de presentarse - soy Alice y ella Dorothy...- no sabía que más decir

- Albert ellas serán mis damas de compañía, pero también son mis mejores amigas - respondió felíz.

El jóven ya lo sospechaba, y tratando de hacer tiempo, ya que sospechaba que el padre de Candy aún no se encontraba en el hogar. - dónde está el Dr. Castillo??

Candy no queriendo seguir fuera de la casa, y además que las chicas aún no había desempacando sus cosa decidió hacer entrar a Albert a la casa - padre no tarda en llegar pero entra, esperarlo en la sala.

Las chicas se dieron cuenta de su falta de hospitalidad, y procedieron dejar actuar a Candy, después de todo ella lo conocía, y recién empezarían a relacionarse con las personas que socializaban con el médico.

Albert había entrado a sentarse tranquilo, cuando nuestro querido Clín, se había subido, refugiarse en los brazos del jóven. - ¡¡oh!!Clín te acuerdas de mí. - acariciando al pequeño mapache.

- es increíble que Clín te recuerde desde la vez qué lo viste en la colina.- expresó Candy.

- si y hace poco salve a un zorrillo, estaba herida, la encontré mientras paseaba en los alrededores de la cabaña donde me estoy hospedando. - contó el jóven.

Las chicas no sabían que hacer, solo se quedaron sentadas mirando la conversación de jóven, con su nueva ama y amiga. La confianza entre ellos, les dejaba claro que tenían que ser respetuosas con el jóven.

- ¡¡ CANDY!! - el médico entró a casa asustado, esperaba que el dueño del auto, fuera el jóven, con quién quedó encontrarse, y al verlo calmó su corazón acelerado.

- estás bien papá?? - preguntó la niña.

- sr. Tome asiento, que a pasado ??

- disculpa mi exabrupto, me asusté al ver el auto, que paso con el otro auto que ví la última vez.