CAPITULO 40 : UNA VISITA EN LA MANSIÓN LEAGAN

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El atardecer mostraba sus colores favoritos,  mientras el ruido de un auto se escuchaba a lo lejos, una de los sirvientes de la mansión, reconoció al dueño del vehículo, y sin perder el tiempo entro inmediatamente a alertar a la dueña sobre la llegada de su esposo.

La dama al enterarse estaba nerviosa, esperaba que su esposo, no estubiera enterado de sus actos, y así tratar de cambiar los hechos a su favor para que él pudiera interferir con la matriarca, y poder asistir al gran evento de la mansión, saber que estarían dos grande familias de la aristocracia, y que no podría asistir a un evento tan importante, la tenía muy frustrada. Había intentado hablar con la matriarca, los domingos de iglesia, en el pueblo, pero la tía abuela le había dejado en claro que la orden era directamente del tío abuelo William, y que ella solo tenía que acatar las ordenes del patriarca, envío también a sus hijos a interceder por ella, pero tampoco había logrado nada, le ordenó ponerles trampa a la hija del médico, pero la niña había mostrado ser muy cautelosa, siempre lejos de sus hijos, y acompañada de sus damas de compañía, y no encontraba nada para culpar a la hija del médico.

Mientras bajaba las escaleras para llegar a la puerta de entrada, su esposo ya estába entrando acompañado de un elegante y  desconocido hombre, de buena presencia para la vista de la sra. de casa, aunque el médico tenía mejor presencia, ese desconocido también tenía su toque varonil.

- bienvenido amado, espero que te haya ido bien en tu viaje. - saludaba a su marido mientras miraba de reojo al nuevo galán.

- gracias Sara, el viaje a sido entretenido, - terminando de entrar para darle pase al invitado. - mira mujer, te presento a un nuevo socio, Charlie Randolph. - presentó a su esposa.

Sara miró discretamente al visitante, y le gustó lo que veía, y para no darse a delatar ante su esposo, solo procedió a saludarlo y mantenerse a lado de su esposo.

Charlie se dió cuenta de la mirada fugaz que le había dado la mujer de su socio, ya estaba empezando a ser planes con ella "presa fácil, caerá pronto" eran sus pensamientos - es un placer conocerla madam.  - saludo mientras se quitaba el sombrero dejándolo reposar debajo de brazo.

- adelante sea bienvenido...

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La noche había llegado, el sr. Leagan había decidido salir a dar su aviso de llegada a la mansión Ardley, sobre todo buscaba saber el motivo del castigo de su esposa. Una vez frente a la matriarca no había logrado saber nada más, pues las únicas palabras de la matriarca fueron " solo cumplo con las orden del patriarca" y eso fue todo, no le quedó de otra que dejar a su esposa en casa, renegando de su mala fortuna.

Mientras él trataba de resolver el problema, Charlie descansaba en uno de los muebles de la sala de visitas, mientras se ponía al día con las noticias de la mañana, necesitaba estar al tanto de los eventos que sucedía tanto en el pueblo como en la cuidad.

Mientras estaba distraído la dueña de casa, había decidido entablar conversación con el extraño, pero está vez quería ir con cautela, no quería ser delatada justo cuando su esposo podría llegar a casa.

- la noche es muy fresca, desea algo de beber?- preguntó, mientras mostraba una fuente con refrescó.

- me encantaría...- mientras recibía de la dama su jugo.

- que lo trae desde tan lejos, y no me diga que simples negocios, desde que llegó, me dí cuenta que buscaba algo, cada vez que tenía la oportunidad de mirar por las ventanas de la mansión.-

Se sorprendió...desde que pisó suelo americano había estado mirando alerta a todos lado, esperando ver a alguien entre la multitud mientras llegaba a Lakewood, eso se le había echo costumbre en poco tiempo, después de todo, si encontró a Lowell de simple casualidad por londres, por qué no lo encontraría en un simple vistazo, así que decidió no perder el tiempo, y estar atento a cualquier movimiento a los alrededores. - me sorprende sra. Leagan... Tiene una vista muy aguda, su esposo ni siquiera se dió cuenta...

- mi esposo solo se preocupa por lo que le conviene, y no por lo que le rodea...- respondió.

- jejeje...es hombre de negocio después de todo...vera... mi estimada dama, estoy buscando a un viejo amigo, la última vez que lo ví, fue hace 13 años, en estás tierras, aún no recuerdo el lugar exacto, después de todo Lakewood está más poblado y embellecido de lo que recuerdo.

- 13 años... Es mucho tiempo, no lo creé??

- por supuesto...

- algún asunto pendiente con él??

- sí...- la miraba fíjamente esperando algo más ...

- dígame de quién está hablando?? puede que quizás lo conosca...- se ofreció.

Era justo lo que quería escuchar, tomando unos archivos que había dejado a lado del mueble en el que estaba sentado, procedió a entregarle una vieja foto, algo desgastada.  - justo estoy buscando a este hombre. De casualidad lo conoce??..

La sorpresa en los ojos de la dama le confirmo todo, así que decidió ir con cautela, no quería echar a perder a oportunidad que tenía. - por lo que veo en su rostro, usted lo reconoce verdad..?? - preguntó.

Con cara de disgusto - es terriblemente lamentable que tenga ese tiempo de amigos, sr. Randolph. Muy lamentable.

No esperaba que ella respondiera de forma despectiva, pensó que el podría ser un buen conocido en el pueblo, después de todo siempre fue amable y servicial para con todos, sin importar el nivel social, pero encontrar a alguien que despreciará a Lowell, eso le hacía la busqueda mucho más fácil, para él. - lamento mucho su arrebato sra. No sé que problema haya ocasionado, después de todo, lo conozco cuando solo éramos jóvenes por aquel entonces, y como verá, llevo 13 años sin saber de él...ni siquiera sé que vida a tomado desde que me fuí??

La dama comprendió, y tratando querer terminar con el tema, decidió dar fin a la plática - tiene razón, usted no debe estar enterando de los hecho, pero no quiero seguir hablando del medicucho de Castillo, por qué mejor no hablamos de temas más agradables...

- de acuerdo madam, después de todo a quien le agradaría hablar de alguien desagradable...- las palabras " medicucho de Castillo" le dijeron todo lo que necesitaba, en su mente se decía ¡¡con que "médico" y apellida "castillo"!! encontrarte  fue más fácil de lo que creí.

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Hola mis querid@s  lector@s, lamento la tardanza, ¡¡si lo sé!! Prometí para la semana  que ya pasó, pero como iba a avanzar si de pronto las ideas se me presentaron de forma desordenadas, y estaba en un gran dilema, sobre que hacer, pues primero queria poner un hecho, después se me ocurrió otros hechos y me mataba pensando en que poner primero, y después decía no mejor poner este, o no mejor este.. en fin no me decidía. Pero ya estoy conforme. Ya tengo otros fragmento de mi historia pero sigo en desorden, no prometo nada, no quiero desilucionarlar, pero estaré avanzando, cuidanse mucho.....💋💋💋






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