CAPITULO XIII: REAFIRMANDO UNA PROMESA

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El frío de la tarde en Londres, le mostraba a  Candy el lugar algo tétrico, frío y solitario, la entrada del real colegio San Pablo, era para la infantil mente de la niña un lugar de almas atrapadas en las paredes, lo peor es que la poca neblina que había en la ciudad, oscurecía los alrededores de la institución.

Candy no sabía si entrar a ese tétrico lugar, ahora comprendía el por qué su amigo comparaba al colegio, cómo un cárcel, aunque ella, lo veía como una mansión embrujada, esperaba que no se le apareciera una bruja en el portón, pero justo cuando estaba ordenando sus ideas, una voz femenina y dura se escuchó.

- quien anda allí??? - Candy saltó del susto, que se aferró con fuerza a la cintura de su padre, que la miraba sin comprender el porque del susto.

- ¡¡PAPÁ NO ME SUELTES !!- rogaba Candy.

- pero mi niña, que te pasa??- el padre estaba preocupado, se volteó a mirar a todos lados, creyó que quizás su hija había visto al hombre con el que se encontró en la mañana, pero no había nadie, solo una monja que lo veía sin entender que había pasado.

- pasa algo?? - preguntó la monja.

- disculpe hermana, justo es lo que también quiero saber...estaba tranquila y de pronto se asustó. - explicó.

Candy que había escuchado de nuevo la voz de la monja, volteó a verla dándose cuenta de su tonto error, para ella era una monja muy jóven y carismática, y tratando de relajarse del susto causado por su mala conciencia, se separó de su padre y decidió explicarle un poco la razón del susto

- papá, el lugar está nublado y un poco oscuro, me asusté, mucho. - explicó la niña

- mi niña .. - se agachó para estar a la altura de su hija.- la neblina que vez, es humo, recuerdas el puerto de Southampton, en las afueras de la ciudad, hay unas fábricas que son muy consumidoras del carbón, debido a sus grandes maquinarias, el humo es el causante de que tanto el puerto como sus alrededores, muestren la ciudad, con negras neblina...Londres está a solo 3 horas en carruaje, como verás el humo negro llega hasta aquí, pero en pocas cantidades dependiendo del cambio del aire.

- su padre no sé equivoca, pequeña. - confirmó la monja

- entonces hoy el aire nos a traído el humo a Londres.?? - preguntó.

-¡¡ exacto!!- respondió la monja - será una excelente alumna - respondió, ella empezó a creer, que quizá el hombre venían a solicitar el ingreso de la menor.

- oh no .. hermana, solo estamos de visita.- decidió sacarla de su error, hasta Candy se había asustado. - solicito permiso para poder ver a uno de sus alumnos.

- no es día de visitas. - respondió.

- lo sé hermana... Lo que pasa es que solo estaremos hasta mañana aquí, llegamos ayer en la tarde desde América, por favor será por este día.- suplicó el mayor.

- hablaré con la madre superiora...

- Esperé. - la llamó - puedo saber quién es la actual directora de la institución.

- La hermana Grey - respondió la monja.

La respuesta, lo puso feliz, su antigua maestra era la actual directora - por favor- se acercó con un sobre -  entregarle este recado de mi parte, ella comprenderá - estaré esperando.

La monja estaba dudosa, pero al ver la mirada de súplica del jóven padre, respondió - de acuerdo.- sin más se retiró.

Apenas se fué la monja, el médico aún tenía dudas de lo que pudo haberle pasado a su hija, la neblina no asustaba a nadie, y conociendo a su hija, no creía que eso fuera el motivo. Decidió volver a pregúntale por su actuar, Candy sintiéndose descubierta le reveló a su padre que el lugar era feo y tétrico, y la neblina no le ayudaba, creyó que aparecería una bruja y entonces la monja apareció entre la sombra que por eso se había asustado, el médico decidió observar el lugar como lo había descrito su niña y no tardó en hecharse a reír de algo que él había ignorado.

UN DESTINO DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora