CAPITULO 30 : PIJAMADA

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Un auto negro lujoso con el escudo del ducado de Buccleuch, hacía su entrada a la propiedad, desde la ventana del auto, se podía ver a todo el personal saliendo a recibir a sus visitantes, el médico no sabía cómo tratar con su padre, la última vez que se vieron, fué cuando él le negó su apoyo para casarse con Barbara, desde ese día no volvió a verlo, huyendo con su amada al nuevo continente. Ahora estaba allí, parado estoicamente en el umbral de la gran puerta de la mansión, mientras el transporte lo acercaba a su destino, los años le había cobrado factura y era claro de ver en el rostro de su padre, pero no por eso iba a bajar la guardia con él, aún tenía que descubrir que tipos de negocios tenía su padre con Randolph.

- te vas a quedar en el auto?? ...- preguntó su hermano, en cuanto llegaron - nuestro padre está esperando... - continuó.

El médico solo asintió, y procedió a salir del auto, estaba serio y al levantar su rostro fué abrazado con fuerza por el que es su padre,  que comenzó a revisarlo, mientras lloraba de la emoción, pero Lowell solo se había quedado quieto, no sabía cómo reaccionar a la muestra de afecto de su padre, después de todo, lo único que recordaba de él, es que era autoritario, frío, y que jamás había siquiera recibido un abrazo de él, sí, se sentía extraño.

El ex duque al ver a su primer hijo,  apresuró sus pasos para abrazarlo, y mientras veía a su segundo hijo empezar a salir del auto no dudo en abrazarlo feliz de su llegada, pero sintió su rigidez y al ver la mirada fría de su hijo, comprendió su actuar, nunca fue expresivo con sus sentimientos, nunca lo había abrazado ni desde que era pequeño, y siempre le había exigido esfuerzo y dedicación en sus responsabilidad, y solo así cumplía con un que otro de sus deseos de niño y adolescentes, pero ahora se sentía viejo y sin fuerza para ocultar sus emociones, por ese motivo había cedido el ducado a su hijo mayor, para poder estar más tranquilo, aunque aún no le había cedido todo el manejo de sus negocios.

- es un gusto tenerte de regreso hijo...- saludo a pesar de la incomodidad que había en el ambiente, entonces el auto empezó a alejarse pues tenía que ir al garaje de la mansión. - y mi nieta???. - preguntó - creí que vendrías con ella...??? Dónde está??

- la dejé en un lugar seguro sr. Buccleuch - respondió el menor de sus hijos que vió la duda en su padre.

El ex duque al ver la mirada que le da su hijo, comprendió que él aún estaba molesto con él. - entremos a la mansión este no es lugar para hablar.-

Mientras el ex duque y su hijo Enrique entraban a la mansión, Lowell se había quedado parado mirando la construcción, había olvidado lo imponente que era el castillo del ducado de Buccleuch, los sirvientes aún estaban esperando por él, y sin perder más el tiempo, entró saludando a los empleados, reconociendo a los más antiguos, feliz de verlos aún trabajando en la mansión.

Ya dentro lo esperan su padre, su hermano y dos pequeños, recordando que su hermano le había hablado de sus hijos mientras viajaba en el barco de Mauritania.

-bienvenido a casa hijo,  los pequeños son Marisol y Badir tus sobrinos..

La pequeña estába feliz de conocer a su tío, pero también estaba esperando conocer a su prima, que no la veía en ninguna parte - estoy feliz de conocerte tío, pero y mi prima ???abuelo dijo que ella venía contigo y que hoy la conocería.- estaba ansiosa.

- lo siento pequeña, dejé a mi hija en casa, no puede descuidar sus estudios - respondió con un pretexto, no quería dar a conocer su verdadera intención.

- que pena...- agachó su rostro y tomando la mano de su hermano se sentaron a lado de su padre.

- son encantadores, y su madre???- preguntó el médico.

UN DESTINO DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora