CAPITULO XXVII : DESMINTIENDO A LOS LEAGAN

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George había llegado en el preciso momento en que la sra. Ardley enviaba el  recado a la mansión Leagan para que Sara y sus hijos se presentarán en la mansión a la hora del té. La matriarca explicó con detalles al fiel servidor lo que iba a hacer, pero él le sugirió, que no revelará sus intenciones a su hijastra Sara, que actuará antes ellos como si estubiera de acuerdo en sus palabras, él se encargaría de distraer a Neal, mientras ella interroga de forma sutil a Eliza, que cuando terminara con ella, le enviaría a Neal, que tuviera cuidado con la sra. Leagan para que no se de cuenta, pues podría tómalo a mal y no dejar interrogar a sus hijos, consejo que la dama aceptó, pues Sara tomaría a mal sus intenciones, cuando ella misma creía en sus amados nietos Leagan.

-  buenas tarde tía abuela, gracias por su invitación - fué el saludo de la madre de los jóvenes que había llegado a la invitación.

- es un gusto tenerte aquí Sara, y a mis nietos - respondió mientras los jóvenes también la saludaban.

- a qué se debe su invitación tan repentina, siempre lo hace con tiempo de anticipación. - preguntó Sara.

Con rostro de disgusto expresó - tengo de visita en mi casa a Candy con sus damas de compañías, y no quería estar rodeada de ellos, por eso los mandé a llamar. - respondió.

- pero tía abuela - habló Eliza - si fue idea tuya que ella viniera, mientras tú le enseñaba etiqueta.

- no me hagas recordar , solo quería distraerme, y lo peor que me llegó la orden el tío abuelo, de hospedar a la niña, el Dr. Castillo estará fuera de la cuidad. - expresó mientras miraba disimuladamente la reacción de molestia que daban tanto Sara como los jóvenes.

- no puedo creerlo, acaso el patriarca la conoce.??- preguntó Neal.

- está claro que fueron Anthony, Archie y stear, hace mucho que ellos le escriben. - respondió la matriarca.

George había llegado a interrumpir la conversación. - madam, disculpe que la moleste los documentos del corporativo que traje está mañana no se encuentran en la oficina.

- ¡¡Oh!! lo siento George, lo había olvidado, están en mi habitación - y dirigiendose a su nieto -  puedes ir Neal a buscarlo por mi por favor.

- claro tía abuela, en que parte lo dejó???. - preguntó, quería terminara rápido para regresar a chismosear.

- no lo recuerdo, apenas leí el recado del tío abuelo, olvidé mis funciones, y fué peor cuando la ví llegar junto a la sirvienta ladrona como dama de compañía.-  Expresó.

Los jóvenes estaban sorprendidos, la sirvienta estaba como dama de compañía de Candy, Eliza estaba que rabiaba de la cólera. - cómo puedes permitirlo tia - fué la pregunta de Sara.

- ahora me entienden, vé Neal anda en busca de los documentos, no me fío de nadie ahora, que te acompañe George - pidió la tía abuela.

Neal no le quedó de otro que salir en busca de los documentos, y mientras cumplía con lo pedido por la sra Ardley, la dama por fin podía empezar con su interrogatorio.

- ¡¡Aayy!! no puedo creer lo que han hecho mis niños, hablar con el tío abuelo sobre esa niña, no me queda de otra que acatar su orden.

- que molestia - expresó Sara.

- por favor cuéntame de la sirvienta, cómo fueron lo hecho, quiero estar prevenida por si sucede algo.

Entonces sin que Eliza se diera cuenta empezó a relatar su versión de la historia, siendo apoyada por su madre, Eliza había hecho mensión que la había visto entrar en la habitación de su madre, y que fué testigo de como ella estaba buscando y escondiendo las joyas en su uniforme de sirvienta. Y sin que ella se diera cuenta había corrido a contarle a su madre del robo. Sara continuó confirmando la situación, diciendo que había ido a la habitación de la sirvienta, encontrando sus cosa debajo de la almohada.

UN DESTINO DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora