CAPITULO 33: EL REGRESO DE LOS HERMANOS LEAGAN.

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La caída de la tarde en Lakewood, obligo a los jóvenes Ardley regresar a la mansión después de una mañana llena de emoción, la idea de Anthony de participar en el rodeó era más fuerte, esperaba lograr convencer a la tía abuela de dejarlo participar, mientras Thom había regresado a su rancho dejando a Candy feliz con su pequeña nota, y ella estaba apresurada por llegar a su habitación para poder leer su contenido, y sin perder tiempo, ingresó directamente a su habitación acompañada de sus damas de compañía, dejando a los tres jóvenes tristes de verla feliz, sin saber realmente la causa, y una vez en la privacidad de su habitación leyó su nota...

Mi querida pequeña

Espero poder verte en el rodeó, nunca me has visto disfrazado, pero me reconocerá con mucha facilidad en cuento veas a puppie a mi lado. Estaré ansioso para verte. Te quiero...tu amigo Albert...

-

¡¡¡ que felicidad!!! - brincaba de emoción.

- Candy tranquila, tal parece que te estás enamorando del jóven Ardley....- dijo Dorothy.

- ¿ Enamorando ? Para mí que ya lo está y ni cuenta se a dado...- respondió Alice.

Candy se sorprendió de las afirmaciones de su damas... - de verdad....??? creen que...estoy enamorada.???.

Las damas comprenden su pregunta tan jóven aún, pero sin experiencia - por supuesto Candy. - respondió Dorothy

- te brillan los ojos de felicidad con solo verlo, y esta simple nota te hace bailar de la emoción, estoy segura que tú corazón late tan fuerte como un tambor. - aseguró Alice.

- si... ¡¡ Claro que sí!!,y soy feliz, muy feliz. - respondió la pecosa al darse cuenta de sus sentimientos, no había duda que se estaba enomrando de él o quizás ya lo estaba, pero una duda surgió - y él...creen que me corresponda????.

Ambas jóven sonrieron, ellas ya lo sabían, por boca del padre de Candy, no solo las había contratado para cuidar de Candy en la mansión Ardley, si no también para cuidar de los jóvenes tortolitos.

- No lo dudes Candy, el jóven Albert también corresponde a tu sentimientos.- confirmo Alice.

- de verdad? ??... Cómo lo saben???- miraba con curiosidad a sus amigas

- no te basta con saber, la mala noche que paso, esperando en el balcón solo para verte, escondiendose peligrosamente en la oscuridad, con riesgo a que lo descubran.- respondió Dorothy.

- eso es una acto de locura... Lo que un hombre enamorado haría por la dueña de sus pensamientos...- concluyó Alice.

- ¡¡Aahhh!!! ¡¡!Que felicidad!!!- giraba Candy, en su habitación.

- pero apúrate Candy o llegarás tarde a la cena con la sra. Ardley. - le recordó Dorothy.

Y sin perder el tiempo corrió al baño para su aseo personal...

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- EH DICHO QUE NO, Y ES MI ÚLTIMA PALABRA. - la fuerte y contundente respuesta de la matriarca había dejado decepcionado al jóven Anthony, y sus primos, que empezaron a ver a los Leagan con ira, habían regresado a la mansión después del picnic, con la esperanza de lograr conseguir el permiso de la tía abuela, y mientras explicaban a su tía del evento, no se habían dado cuenta que Elisa y Neal habían ingresado a la sala, y esperando que  la respuesta de la tía fuera afirmativa, se oyó la voz de Elisa arruinado todo con solo estás simples palabras " no lo permitas tía abuela, es peligroso, además que dirá nuestras amistades, los jóvenes Ardley participando en los juegos del pueblo." Los jóvenes estaban molestos, no se supone que ellos no podían volver??...que hacían en la mansión??...acaso hicieron algo que hayan logrado ganarse nuevamente el cariño de la tía abuela???.

- pero qué hacen aquí, el tío abuelo prohibió su regreso a la mansión...- hablo o Anthony recibiendo la confirmación de sus primos.

- ¡¡ ANTHONY!!- regañó la tía abuela. - el castigo era más para Sara que para ellos, además, la única manera de que ellos aprendan a mejorar sus malos actos, es guiandolos personalmente. - concluyó.

- pero tía abuela...- Anthony intentaba replicar pero fue cortado por la matriarca.

- es mi última palabra, no quiero seguir escuchando más quejas, los espero en la cena.- la dama se levantó y procedió a retirarse siendo seguidos por los hermanos Leagan que miraban a los jóvenes Ardley con una sonrisa de victoria, dejando a los jóvenes molestos por los acontecimientos.

Mientras se retiraban una distraída rubia pecosa junto a sus damas, había llegado buscando a los jóvenes Ardley, y se llevó una sorpresa al ver a los hermanos Leagan salir con la matriarca, y sospechando llamó a los jóvenes.

- pero...que pasó.??...que hacen ellos aquí???? .- quiso saber la pecosa

- no lo sabemos Candy - respondió Stear.

- estamos tan sorprendido como tú gatita.- aclaró Archie.

Candy veía a Anthony que estaba conteniendo la ira. - que pasa Anthony???.

- no te preocupes Candy... Simplemente Anthony no logro la aprobación de la tía abuela para concursar en el rodeo. Respondió Stear.

- lo peor fué que Elisa, arruinó todo con sus intrigas...- completo Archie.

Acercándose a Anthony - no no preocupes Anthony ya encontraremos la manera de convencerla, mientras tanto debemos pensar, cómo podremos hacer para lograrlo. - ánimo Candy.

Anthony un poco más tranquilo respondió - pero será difícil con Elisa y Neal aquí.

- Que fue lo que le dijeron ellos a la sra Ardley ?? - preguntó candy.

- le dijo que sería una vergüenza para la familia que nosotros participaramos en una competencia con la gente pobre del pueblo.- dijo Stear.

- que seríamos la comidilla de la alta sociedad.- completo Archie.

- a la tía abuela solo le importa llevar el buen nombre de la familia, olvida que somos descendientes de guerreros escoceses y ganaderos que viajaron a rehacer una vida aquí en América.

Candy se había quedado pensando, mientras los jóvenes Ardley no sabían que más pensar, pero las damas de compañía de Candy estaban seguras que a Candy algo se le iba a ocurrir y no estaban equivocadas una sonrisa traviesa apareció en el rostro de la pecosa y luego dijo - chicos dejen esto a mí, ya se lo que debo hace...- dejando a los jóvenes intrigados.

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El cielo de la noche, brindaba a sus espectadores un espectáculo de variedad de luces, las estrellas relucientes tenían a todos encantados, a pesar del frío clima, pero en uno de los  balcónes de la mansión Buccleuch; el dr David o también llamado Lowell a pesar de la maravillosa noche que se mostraba en su gran ventanal, se hallaba preocupado, extrañaba a su niña, y ansiaba volver, sobretodo extrañaba a su encantadora Alice, pero la muerte de Sr. Randolph, lo había preocupado, las pruebas que habían estado reuniendo, solo apuntaba al difunto, en cuanto a Charlie, no tenían nada, por ese motivo, la casa de estuardo, no había podido intervenir en nada, pero ya estaban al pendiente del nuevo heredero de Randolph, solo tenían que esperar, a que asumiera su herencia y verificar que el continuará con los mismos negocios de su padre, y así lograr conseguir las pruebas necesarias para delatarlo ante las autoridades.







UN DESTINO DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora