El evento televisivo fue un desastre al final. Nadie pudo negar eso tras varios días en el que los rumores fueron más frecuentes sobre lo que se había visto en la pantalla.
El haber contemplado como dos ex guardias habían tratado de tomar el alma a la fuerza de la embajadora de los monstruos, había sido más que suficiente para que los reyes decidieran de manera unánime sobre no dejarla salir del laboratorio hasta saber cómo calmar las cosas entre adultos. Frisk no pudo ocultar el hecho de disgustarle que la estuvieran sobreprotegiendo de nuevo y todos sus amigos la pusieran de lado, tratándola como una niña que claramente ya no era. Pero por más que quería que le dieran otra oportunidad de apaciguar las cosas, ya no contaba con el apoyo de nadie. Era sumamente exasperante, y aún más cuando su única compañía era la primera humana que no parecía querer hablarle en esos días. Desconocía el motivo de su mutismo selectivo en cuanto a ella, pero al menos podía escuchar de vez en cuando a Flowey conversar con ella para ver que al menos sólo había sido una decisión personal no querer hablar con ella y no un problema agravado por algo fuera de su entendimiento.
Alphys trataba de animarla de vez en cuando, incitándola a ver juntas sus series animadas hasta el borde de dormir, pero no le era suficiente para distraerse. No cuando sabía de antemano que había problemas en el reino y que muchos de ellos eran a causa suya. Y por más que le mandaba mensajes a Sans sobre apoyarle con eso, él rechazaba todas sus propuestas con una que otra broma para calmar sus ansias. En definitiva no contaba ni con su guardaespaldas para poder escapar por unos momentos. En situaciones así extrañaba aún más a Papyrus, al menos él optaba por acompañarle en todo y formar parte de su iniciativa.
Era absurdo. ¿Cómo lograría cumplir con las expectativas de todos si la mantenían entre cuatro paredes?
-Vamos Frisk, tienes que cenar bien. –Alphys le extendió todavía más su plato rebosante de comida. Aunque se viese apetitosa, realmente no tenía tanta hambre para acabarse todo eso en poco tiempo. Por lo que, de vez en cuando, le daba pequeños pedazos a las arañas cercanas para que se llevaran tales cosas consigo. –Toriel me regañará si se entera que no estás comiendo bien.
-No tengo mucho apetito. –Se sinceró tras dejarse caer aún más en su asiento frente al televisor. Habían estado viendo un ánime que parecía ser visiblemente emocionante con mucha fantasía de por medio, pero no había acaparado su atención en lo más mínimo. –Y menos cuando otros no tienen mucho por comer estando encerrados en este lugar tan limitado de suministros.
-Frisk, deja de pensar en eso, por favor.
-No puedo hacerlo, Alphys. Ellos tienen razón.
No había podido borrar de su mente tales palabras de odio por parte de los canes, imaginándose que el resto de las respectivas familias de las amalgamas estarían pensando lo mismo sobre ella. Pero también, recordando las palabras del par de monstruos que le habían aparentemente secuestrado con un enfado similar, las palabras de Muffet hacia Asgore... Y muchos muchos más que tenían toda razón para estar molestos con su presencia que ameritaba solo ser una boca más por alimentar. Si ella estuviese en la misma situación, seguramente tendría la misma postura frustrada. También habría tratado de hacer algo contra la persona que tuviera la oportunidad de liberarlos realmente y los estuviera limitando sólo por querer ver por todos en total sentido de la palabra.
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Osado corazón (Undertale)
FanfictionFrisk está harta de lo mismo una y otra vez, por lo que decide hacer lo correcto para salvar a todos. No contaba con la nueva ruta que surgiría ante su decisión. *Ganadora del segundo lugar en AwardsTale2020, en la categoría Undertale*