Cap 14. Cosas de magia

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Frisk recorrió los pasillos del verdadero laboratorio un tanto incómoda tras el recuerdo de la muerte de los amalgamas por su propia mano en ese preciso lugar. Aun no entendía cómo había logrado ello (y mucho menos cómo era que tenía eso), pero tenía la certeza de que aquel código sin nombre era peligroso si había podido matar a aquello imposible de matar.

Imposible de matar... justo como ella.

La embajadora se detuvo un tanto consternada por su propio pensamiento. Si bien era algo que sabía a la perfección tras la experiencia en su aventura repetitiva, no se había puesto a analizar el verdadero poder que traía consigo. Por más que la habían derrotado todos los monstruos, ella siempre regresaba dispuesta a seguir en la batalla hasta conseguirlo, ya sea por las buenas o no.

Aquello le daba un aire de superioridad pese a no querer admitirlo, pero ¿realmente era invencible? ¿Era tan poderosa como se sentía?

Acaso... ¿estaba siendo inmortal... y letal?

Si era así, ahora entendía por qué Sans había estado tan alerta con ella todo el tiempo. Le dio pánico ella misma de tan sólo pensar en toda su capacidad. Sabía que tan sólo bastaba con proponerse un objetivo para lograr aquello que quisiera... y aquello lo había usado para su propio beneficio.

Pero no más, pensó la humana agitando su mente de malos recuerdos. Estaba más que dispuesta en hacer felices a todos los monstruos, en sacarlos de la prisión milenaria en la que habían sido condenados.

Si era tan invencible como se sentía, significaba que lograría sacar a todos de la barrera. No había manera de equivocarse sin duda.

Estaba llena de determinación.

Despejó su mente antes de entrar al cuarto de video para no llamar la atención de la flor que evidentemente podría adivinar sus pensamientos al respecto. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa al encontrarse con Flowey completamente entretenido viendo la tele.

-¿Estás viendo anime?

-Shhh, esa es la mejor parte.

Dándole gracia la escena, la humana se sentó junto a la maceta en el suelo, siendo así como terminaron los dos viendo un capítulo de la colección de series animadas de la científica otaku. De vez en cuando la embajadora apartaba la vista de la pantalla y se quedaba observando a la flor entretenida con los dibujos animados, aquello le pareció de lo más tierno.

Después de todo, la esencia de Asriel aún vivía en él.

-¿Qué tanto me miras? –comentó seriamente Flowey después de un rato y sin apartar la vista de la tele.

-Lo siento, es que es muy curioso ver que una flor esté viendo la tele –no pudo evitar reírse de su propio comentario –Y aún más siendo el caso de que tú estás viendo anime. No sabía que te gustaba.

-En algunos de mis reinicios Alphys me hizo ver estas cosas –dijo con suma indiferencia –Con el tiempo terminé agarrándole gusto. Dan buenas ideas después de todo.

Era raro que Flowey le contara algo sobre sus reinicios que no fuera el cómo había matado a todos una y otra vez, por lo que fue sumamente intrigante para la humana el saber que no en todos sus reinicios había hecho una ruta genocida.

-Así que... tú ya habías interactuado con todos –trató de aventurarse con tal de saber más.

-Puedo decirte que conozco a la perfección a todos los integrantes de este agujero, mucho más que ellos mismos incluso –viendo que terminó el capítulo, apartó la vista de la pantalla para mirar directamente a la humana –Todos aquí son sólo piezas de ajedrez en un juego retorcido, y eso es algo que tú sabes muy bien... aunque sigas poniéndote de buena ahora.

Osado corazón (Undertale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora