Asgore contemplaba a la guardiana de las ruinas observando con leve enfado su menú por demasiado tiempo pese a tener sólo tres opciones de comida. Trataba de encontrar por su cuenta un tema de conversación para romper con aquel silencio tan tortuoso que estaban teniendo, pero por más que pensaba en tal forma de evitar una catástrofe, simplemente se quedaba paralizado por su propio miedo.
-Tranquilo papá, aquí estoy –Escuchó en su oreja sacándolo por sorpresa. Había olvidado por completo que no se encontraba realmente solo y le estaban monitoreando –Sigue nuestras indicaciones y todo estará bien ¿va?
-Está bien –Respondió Asgore un tanto más calmado.
-¿Qué está bien? –Preguntó Toriel apartando la vista de su menú alzando una ceja.
-Ehhh.... Q-que hayas venido ¡si, eso!
-Buena sacada de pata, esponjoso –Rio levemente Sans.
-No es necesario que nos respondas, papá, o creerá que estás loco.
-Como si hiciera falta eso para que lo detestara más –Comentó una voz que no logró identificar.
Aquello desconcertó aún más al rey. Había creído que nomás estarían el esqueleto y su hija dándole indicaciones, pero por lo que oía lejanamente, había más integrantes monitoreando su cita. Prefirió no darle importancia a ello y mejor enfocarse en Toriel, quien ya la estaba observando extrañada por su comportamiento tan desvariado.
-Escucha Dreemurr, hay varios temas por los cuales debemos de hablar justo ahora –Comenzó la monstruo jefe poniendo a un lado la carta y enfocándose en el monarca con un semblante serio –Primeramente quiero dejar en claro que no estoy aquí por las intenciones que se tiene con todo esto.
-Y-yo no...
-Ya sé que esto no fue idea tuya –Interrumpió un tanto molesta –Tú eres demasiado tonto para idealizar algo así. Sé que todo esto es obra de Frisk.
Por más que trataba de relajarse, Asgore no lograba dejar de sudar por preocuparse por todo. No quería quedar mal ante los ojos de nadie, pero tampoco sabía cómo lograr que el amor de su vida de siempre lo aceptara nuevamente, aun con las cosas que estaban haciendo por él. Agradecía el esfuerzo, pero consideraba que no era suficiente con simplemente encerrarlos a solas en un lugar aparentemente romántico.
Respiró profundo para calmar sus nervios. Frisk le había preguntado si tenía una oportunidad, aunque fuera mínima, de seguir luchando por ella, por supuesto que iba a tomarla sin cuestionamientos. Le había preguntado si iba a poner realmente de su parte, no lo había obligado, y por supuesto, había aceptado ante un leve rayo de esperanza que le había dado de realmente solucionar las cosas.
Frisk, su pequeña querubín de esperanza sobre todos los males que había provocado en su torpeza. No iba a fallarle con lo mismo, debía de poner de su parte también.
Una leve sonrisa se escapó de su rostro al recordar las locuras que había cometido su hija adoptiva con tal de enseñarle a coquetear con quien fue su esposa en sus años dorados. Le causaba gracia que fuera justamente alguien tan joven como ella quien quisiera darle consejos. Y si bien le preocupaba el descubrir que sus hormonas ya andaban alborotadas al grado de confirmar que ya no era una niña, optó por hacerle caso al primer consejo útil que le había dado.
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Osado corazón (Undertale)
FanfictionFrisk está harta de lo mismo una y otra vez, por lo que decide hacer lo correcto para salvar a todos. No contaba con la nueva ruta que surgiría ante su decisión. *Ganadora del segundo lugar en AwardsTale2020, en la categoría Undertale*