Cap 21. Cabra desatada

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Los pasos de la embajadora de los monstruos eran un tanto apresurados pese a encontrarse nerviosa de lo que estaba por hacer. No le gustaba tener que recurrir a métodos de esa índole, pero si tenía que hacer lo necesario con tal de lograr su cometido, la culpa podría quedarse atrás tras la satisfacción de verlo realizado.

Su madre seguía sin contestarle, cosa que lamentablemente era muy común que dejara desatendido el aparato al no sentirse cómoda con él. Por lo que optó finalmente en tener que ir a las ruinas a presentar su segundo gran paso para su plan, pero por el tiempo tan medido que tenían no podía darse el lujo de recorrer todo el subsuelo aunque le gustara mucho caminar.

Cuando finalmente llegó al rio de Hotland que conectaba gran parte de todo el reino, vio con gran alegría de que se encontraba la figura encapuchada con su lancha.

-Saludos, majestad –El ser encapuchado se giró hacia ella en cuanto estuvo casi a lado suyo – ¿A dónde desea que la lleve?

-Sólo Frisk –Pidió un tanto apenada con que ya hubiera varios monstruos que la consideraran de la realeza –Necesito ir a las ruinas, así que lo más cercano que se pueda, por favor.

-Muy bien.

Esperó a que la humana se subiera para comenzar a andar al paso de la corriente, la cual estaba siendo excesivamente lenta para el mal gusto de ella. Tenía bastante prisa en llegar ante la incógnita de cuánto tiempo le llevaría tratar de convencer a Toriel de salir en una cita romántica con su exesposo. Conforme avanzaban a tal ritmo, Frisk se cambió en varias posiciones en la lancha ante la desesperación que le estaba dando no llegar ya.

-Disculpa mi atrevimiento, pero recuerdo que podía ir más rápido esto –Comentó tras suspirar de la desesperación –No quiero ser grosera, pero en verdad tengo prisa esta vez.

-Hoy la corriente desea ver por más tiempo su rostro en él, majestad –Dijo pasivamente la figura encapuchada. –Lo tiene cautivado con su presencia.

-Pues le agradecería que me comprendiera que tengo cosas que hacer. –Comentó siguiendo la corriente de tan extraña conversación. Se acostó por tercera vez en el bote ante la ansiedad que le daba la nula velocidad en la que estaban recorriendo el camino. Aun se encontraban en los terrenos de Hotland.

-No puedes pedirle que comprenda, no está en su naturaleza. Sólo actúa con lo que le dan.

Frisk suspiró nuevamente impaciente. Estaba acostumbrada a las cosas sin sentido que daba regularmente el dueño de la barca, pero por lo pronto la carcomía las ganas de llegar a su otro hogar para continuar con el plan que detalladamente había elaborado a prueba de errores. Tras estar unos minutos escuchándolo cantar la misma tonada, la humana cambió de posición para recargarse y ver el agua del río, en el cual podía ver que los peces nadaban más rápido de lo que avanzaban ellos, con lo que gruñó por lo bajo tras ser muy tarde para bajarse y moverse por su cuenta.

-Tralala... ¿Sabías que los esqueletos no son cabezas huecas?

Le habría gustado saber nadar dada la situación en la que se presentaba, así podría ir más rápido que el transporte en el que estaba. Al haberse criado en un orfanato la mayor parte del tiempo de su vida, las monjas nunca habían tenido la iniciativa de enseñarles a nadar tras considerar que no era asunto suyo tal conocimiento para los infantes. Eso era algo que tenía que enseñarles su futura familia a como lo veían ellas.

Osado corazón (Undertale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora