Cap 23. Sintiéndonos como basura

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A falta de sillas, Frisk se encontraba sentada en el suelo de madera en espera del fantasma quien se esmeraba de algún modo en prepararle un sándwich. Aun cuando no podría comérselo, agradecía el humilde gesto que estaba teniendo con ella ante las molestias de visitarlo sin previo aviso. Un acto cálido le caía bien tras angustiante momento que enfrentaba.

Tras ver que las cosas se habían ido en picada de lo que había tenido planeado, terminó por escabullirse del lugar con tal de que no la interrogaran. Sabía que le preguntarían en cualquier momento sobre su vida en la superficie y realmente no quería tocar ese tema a toda costa. No quería que tuvieran una mala interpretación de lo que era la vida fuera de la barrera y se rindieran antes de tener una vida mucho mejor. Ya era demasiado con el hecho de saber que había cometido una equivocación mayúscula en su plan.

No quería seguir viendo cómo se derrumbaba algo que se suponía que iba a mejorar. Y peor aún, ver que todos sus seres queridos la vieran con pesar. Por lo mismo sabía que no podía irse ni al castillo ni a las ruinas... ni a ninguna de las casas de sus amigos que fuera predecible. Todos de algún modo le harían preguntas, o hasta les avisarían a sus padres de su paradero. No, realmente quería estar sola por el momento para pensar las cosas en frío.

Sabía que la mejor opción que tenía con ello era dirigirse al hogar del fantasma, y no solo porque no pensarían en buscarla ahí, sino porque era el mejor sujeto para poder aclarar su mente sin que quisiera interrogarla abruptamente. Napstablook no hablaba dada su timidez y hasta le daba demasiado espacio personal pese a ser su propia casa. Era esa clase de amigo que comprendía cuando alguien tenía un pesar tan grande, que lo mejor para ello era darle su tiempo hasta que tomara la iniciativa por cuenta propia para hablar.

-Aquí tienes –Le pasó el platillo transparente, el cual ni siquiera pudo tomar por su naturaleza incorpórea –Oh... no pensé en eso.

-Descuida –Le sonrió Frisk de antemano –Agradezco mucho tus intenciones de cualquier modo.

Dejando el plato transparente en su refrigerador oxidado, se acomodó a lado suyo con cierta timidez. Frisk prefirió tomar la iniciativa para no generarle un conflicto emocional de no saber qué decirle.

-¿Qué tal tu día? Hace tiempo que no hablamos.

-Lo de siempre... componiendo música, cuidando caracoles... -Napstablook apenas y hablaba, parecía estar casi susurrando como si no fuera correcto que le hablara –Como ahora tienes cargos de la realeza, supuse que estarías en cosas más importantes que yo, así que no quise molestarte.

-N-no Napstablook, no digas eso... -Se alteró la humana ante eso. Como si le faltara acumular algo más en su día para ser desastroso. Ahora resultaba que estaba siendo pésima amiga también –Lo siento, no debí descuidarte de ese modo.

-No debes disculparte, yo entiendo. Además estoy acostumbrado.

El ambiente se sentía cada vez más deprimente en el lugar. Frisk comenzó a cuestionarse si había acudido al lugar correcto dada las circunstancias. Lo que menos necesitaba era sentir una culpa más para que su día fuera terrible.

-¿Quieres... hablar de cómo te sientes? –Aventuró con gran timidez el fantasma –Has estado llorando.

-¿Cómo lo...?

-Experiencia –Dijo sin más.

La humana suspiró con pesar mientras jugaba con uno de sus mechones inconscientemente. Comprendía que tenía que ser sincera en cuanto a sus sentimientos con sus amigos, pero sentía que era demasiado pronto para hablar de ello, aun cuando el desastre seguramente estaba ocurriendo todavía.

Osado corazón (Undertale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora